La República, no es únicamente un territorio, la República es, sobre todo, un acumulado de historia, un camino inacabado de construcción de identidad plural con nosotros y con nuestra tierra, es un sentimiento de pertenencia con las tradiciones de nuestros barrios de nuestras parroquias de nuestros ancestros.
Las luchas libertarias han marcado la construcción de identidad y de nuestro nacionalismo; nuestra propia Constitución vigente fundamenta en su preámbulo como una herencia fundamental que marca la vida de la patria a las luchas sociales de liberación frente a todas las formas de dominación y colonialismo.
Compañeros y compañeras asambleístas, declarar el día 11 de septiembre como el día de la República implica, en primer lugar, ese compromiso de poner en práctica los fundamentos de nuestra constitución. Es plasmar el anhelo común de ser un país libre, con identidad propia, de puertas abiertas para la humanidad, en el cual las culturas se puedan encontrar, donde fortalezcamos nuestra propia identidad de ser ecuatorianos, construyendo nuestra sociedad de manera justa, equitativa e incluyente.
Hacer República, es seguir trabajando todos los días por un país donde todas y todos tengamos las mismas oportunidades desde el día en que nacemos, hasta el propio día de morir, en donde el dinero no haga la diferencia entre la vida y la muerte en casos de enfermedad; en fin, es ese país donde hagamos posible construir respeto, unidad y porvenir equitativo para todos y podamos alcanzar una vida digna.
Pensarnos como república, insisto, es pensar en identidad y por lo tanto interpelarnos frente a la gran incógnita de la vida; quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde queremos ir, es lograr un país donde la repartición de la riqueza sea un elemento de justicia social.
Ser República es mirarnos unos a otros y reconocernos como personas con valores, con aquellos principios que nos legaron precisamente estos héroes libertarios, principios como la solidaridad, el respeto, la honestidad, la honestidad sobretodo. Creo que la inmensa mayoría de quienes estamos aquí en este momento representando a nuestros pueblos somos personas honestas y trabajadoras. En fin, el hecho de ser República es reconocer que somos autores de nuestro propio destino, que es el pueblo quien decide lo que es mejor para él, que podemos continuar con el proceso de transformación profunda que ya llevamos adelante. Ya desde 1809 con el primer grito de la independencia, nosotras y nosotros ecuatorianos, le dijimos no al dominio colonial sobre nuestras tierras. Nuestra historia de liberación y de patria se reconfirma en 1830 con esta primera constituyente del nuevo estado del Ecuador, esta constitución digtada en Riobamba el 11 de septiembre de 1830. Hoy nuestro pueblo sigue y seguirá reafirmando su grandeza de ser pueblo digno, libre y soberano en cada acto de rebeldía que llevamos adelante, por la equidad y la justicia. Cómo no recordar esos tiempos de independencia, nuestra propia música ecuatoriana en sus diferentes géneros nos marca esa identidad desde aquellos tiempos donde se fue consolidando esa identidad plural de patria.
Para concluir, quiero ratificar mi respaldo total y creo que el de todos para que como nación reconozcamos el “Día de la República”; es hacerle honor a nuestra historia a nuestra memoria colectica. Este hito reafirma sin duda el espíritu libre y revolucionario de nosotras y de nosotros ecuatorianas y ecuatorianos.
Muchísimas gracias.
Asambleísta por la provincia de Pichincha | Integrante de la Comisión De Educación, Cultura y Ciencia y Tecnología |
