Seamos claros. No estamos debatiendo sobre estimaciones de ingresos y gastos. Al 23 de julio de 2013, el presupuesto general del estado (PGE) ya se ha ejecutado en casi el 50 por ciento. Recién en octubre del 2013 discutiremos, allí sí, la proforma presupuestaria del 2014. El PGE del 2013 se encuentra santificado. Estamos cumpliendo un simple ritual al debatirlo.
Los 32.366 millones USD del PGE no representan todo el gasto público. Por mandato constitucional se excluyen del PGE los rubros correspondientes a la seguridad social, la banca pública, las empresas públicas y los GADs. En un PIB nominal de 90.000 mil millones USD, el PGE equivale a cerca del 35 por ciento. Sin embargo, el peso del sector público en la economía llega aproximadamente al 50 por ciento. En 7 años el estado ha crecido del 30 por ciento hasta casi el 50 por ciento, crecimiento que no lo comparto, porque reduce el espacio para el desarrollo de una economía de mercado.
El PGE ha crecido en el 24 por ciento, un porcentaje desproporcionado frente al crecimiento de la economía de no más del 5 por ciento. Tal crecimiento es de los gastos, no de los ingresos, a tal punto que existe un déficit más de 5000 millones USD.
En el informe de la Comisión Legislativa se indica que el PGE cumple la regla fiscal de equivalencia entre ingresos y egresos permanentes. Inclusive se dice que los ingresos permanentes exceden a los gastos permanentes en cerca de 3000 millones USD.
Dentro de los ingresos permanentes los que más se destacan son los ingresos tributarios que bordean los 12.000 millones USD. Un rubro, sin embargo, que no está debidamente desglosado, es el de los ingresos permanentes correspondientes a transferencias y donaciones corrientes, que supera los 6.000 millones USD. Dentro de éstos se encuentran algunos ingresos petroleros.
Preocupa que los ingresos petroleros tienden a estancarase. En el futuro próximo bajará la producción petrolera por la declinación natural de los campos petroleros. Están pendientes de explotarse el Yasuní y los campos incluidos en la Ronda XI. Si no se avanza en este proceso de ampliación de la frontera petrolera, no habrá más petróleo. El campo Punguruyacu, a cargo de Ivanhoe, sigue igual, esto es, inexplotado.
Preocupa, entonces, que se incrementen los gastos, sin la certeza de sostenidos aumentos en los ingresos petroleros.
La deuda pública se encuentradentro de los límites aceptables. Es mucho más baja que la deuda de países como EEUU, España, Francia, Grecia, Italia. Sin embargo, va creciendo de año a año, especialmente el rubro de la deuda pública interna. Debo reconocer que fue positiva la renegociación de los bonos global 12 y 30 realizada el 2009, cuando se recompró la deuda externa al 35 por ciento del valor nominal, luego de que se anunció el no pago el 2008.
Cuando el PGE ya se ha ejecutado en casi el 50 por ciento no tiene mayor sentido discutir que obras se hacen o no se hacen. Ya se están ejecutando en la fase precontractual o contractual. Esperemos que inviertan debidamente los 7000 mil millones USD destinados a inversiones.
En salud existen propuestas de grandes inversiones. En mi provincia, por ejemplo, está en marcha la construcción del nuevo hospital. Habrá que velar por la buena calidad del gasto.
Dado que a la Asamblea no le ha quedado ningún margen de decisión sobre el PGE ejecutado en casi el 50 por ciento, espero que las reflexiones que he realizado sirvan para anticipar la importancia de saber lo que implica un crecimiento tal descomunal de los gastos, en el orden del 24 por ciento, de una año a otro.
(Luis Fernando Torres, debate en el pleno de la Asamblea, 24-07-2013)
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