La presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, intervino en el debate del proyecto de Ley de Agrobiodiversidad y Semillas que se realiza en el Pleno del Legislativo, con un llamado a precautelar las semillas como una forma de garantizar la soberanía alimentaria del Ecuador.
Expresó que la ley forma una parte sustancial en la visión de la soberanía alimentaria del Ecuador, la cual incluye una multiplicidad de valores entrelazados como son el cuidado nutricional, las cadenas productivas nacionales, la sustentabilidad de la producción y también valores culturales que identifican al Ecuador como un país diverso.
“La sabiduría de miles de generaciones ha llegado a nuestras manos a través de las semillas que hoy sembramos y cosechamos, los seres humanos practicamos la domesticación de las especies que consumimos”, precisó.
La principal del Legislativo propuso incluir en el proyecto la creación de un adecuado banco de semillas como patrimonio genético del Ecuador. “No podemos dejar que la historia luego nos juzgue por dejar perder esas especies en temas de semillas nativas, que las hemos recuperado a costa de mucho sacrificio de las organizaciones y del mismo sector agricultor”, acotó.
Debido a la importancia de la ley, Gabriela Rivadeneira sugirió que se implemente la consulta prelegislativa como herramienta para que las comunas, comunidades, pueblos, nacionalidades indígenas, además de productores del agro de todas las regiones del país puedan presentar sus planteamientos.
Propuso también reforzar la investigación en materia de agrobiodiversidad, en las facultades de Ciencias de la Vida que existen en las nuevas universidades: Yachay e Ikiam, pero además en institutos y escuelas de investigación, para dar respuesta a las necesidades del campo.
“Tenemos que garantizar que con nuestra ciencia, nuestra tecnología, nuestros avances podamos mejorar los cultivos, como es la aspiración de todo el pueblo, pero jamás en nombre del mejoramiento de esos cultivos, podemos poner en riesgo nuestra soberanía alimentaria”, manifestó.
Mencionó que se debe tomar en cuenta estudios científicos y biólógicos que advierten la relación íntima entre el tipo de alimentación y enfermedades como el cáncer. También sugirió considerar la pobreza genética que puede acarrear el uso de semillas transgénicas.
El desarrollo de emprendimientos propios es otro aspecto fundamental, “pues muchas empresas agroindustriales dedicadas al cultivo de productos transgénicos pueden ver en los campos ecuatorianos una oportunidad para expandir negocios, arrasando muchas veces con tierra fértil”, advirtió.
Gabriela Rivadeneira insistió en que la ley debe respetar el artículo 401 de la Constitución, que declara al Ecuador territorio libre de cultivos transgénicos, que resalta el deber del Estado de controlar la introducción de productos biotecnológicos y promover la recuperación de los saberes ancestrales y el intercambio libre de semillas.
“Como Asamblea hemos sido responsables en la aprobación de varias leyes, como las leyes de Aguas o de Tierras, que garantizan que estas agroindustrias que muchas veces buscan monopolizar mercados, no avancen a costa del patrimonio común”, señaló.
Explicó finalmente que el Ecuador tiene un inmenso patrimonio genético que requiere fortalecerse, por lo que se debe armonizar esta normativa con las leyes vigentes y que no existan contradicciones con leyes como el Código Ingenios o el Ambiental que están en fase de consulta prelegislativa.
La proyecto de Ley de Semillas está en tratamiento de la Comisión de Soberanía Alimentaria.
JS
