Productores, asociaciones, organizaciones sociales y ciudadanía acudieron hoy al Auditorio del Banco la Previsora, en la ciudad de Guayaquil para dar sus aportes al proyecto de Ley de Agrobiodiversidad, Semillas y Fomento Agroecológico. Esto en el marco de la audiencia pública provincial y la consulta prelegislativa a comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades, que lidera la Comisión de Soberanía Alimentaria.
El presidente de la comisión, Miguel Carvajal, señaló que es necesario actualizar la normativa vigente que data de 1970, más aún cuando en el país se han dado cambios profundos en el área tecnológica, institucional, la población se ha multiplicado por lo menos tres veces, se han deteriorado los suelos y hay evolución genética.
Precisó que el país requiere una norma que ponga atención a la investigación por parte de universidades, empresa privada, comunitaria para la producción y protección de nuestras semillas, así como la difusión de semillas certificadas que garanticen al agricultor una buena producción y, con ello, alimentación de calidad y nutritiva.
Todas las semillas deben ser de calidad, dijo Carvajal al señalar que una de las principales inquietudes de las organizaciones tiene que ver con la semilla certificada barata, para lo que se requiere, entre otras acciones, establecer acuerdos con universidades, organizaciones productoras de semillas, semilleristas, a fin de brindar el apoyo técnico y financiero para su producción.
Expresó que en el país se han dado procesos de pérdida de variedades tradicionales por el aumento poblacional, deforestación, desertificación, influencia del mercado, cambios en hábitos alimenticios, degradación de la tierra, escaso uso de la agrobiodiversidad, entre otras razones.
Mencionó que en el 2015, el 44,37% (1´241. 219 ha) de la superficie cultivada del Ecuador usó semilla común y nativa; el 30,50% usó semilla mejorada, mientras que el 15,08% utilizó semilla certificada.
Explicó que el proyecto tiene como eje la protección y aseguramiento de la agrobiodiversidad, por ello establece el enfoque a los recursos fitogenéticos para la alimentación y agricultura, para la seguridad y soberanía alimentaria.
El proyecto establece entre los sistemas de producción, la semilla nativa y común para fortalecer, conservar e incentivar su producción y libre intercambio, como lo establece la Constitución; fortalece el Banco Nacional de Germoplasma y los centros de bioconocimiento de la agrobiodiversidad para garantizar la conservación de los recursos fitogenéticos.
También protege la conservación y uso sostenible de semillas nativas y busca ampliar y democratizar el acceso a la semillas y condiciones de producción para enfrentar prácticas monopólicas, fortalecer la producción de semilla nativa, semilla campesina.
De su lado la legisladora Rosa Elvira Muñoz manifestó que esta normativa es esencial, porque protege la semilla y garantiza la soberanía alimentaria.
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