Comisión de Soberanía Alimentaria destaca la protección de las semillas ancestrales

Martes, 08 de noviembre del 2016 - 15:29 Imprimir Elaborado por: Sala de prensa

En la audiencia pública del proyecto de Ley de Agrobiodiversidad y Semillas realizada en la ciudad de Tulcán, provincia del Carchi, la Comisión de Soberanía Alimentaria, responsable del proceso de consulta prelegislativa, insistió que en la normativa se consolidará la prohibición de semillas transgénicas en nuestro país, tal cual lo dispone la norma constitucional.

Al encuentro ciudadano acudieron representantes de la Asociación de Productores del Norte (APRONORC), del Cabildo Pueblo Viejo, del GAD de Tufiño, de la Corporación Sembrando un Futuro, de la Asociación de Cadenas Productivas de Penco y Cabuya, de la Policía, del Consejo Nacional Electoral.

El legislador César Umaginga dijo que la tierra, el agua y la semilla son vitales para garantizar la seguridad alimentaria, tras precisar la necesidad de precautelar la vigencia plena de las semillas ancestrales, que han sido custodiadas milenariamente por los pueblos indígenas, en cuya tarea ha participado activamente la mujer campesina.

Mauricio Proaño, vicepresidente de la Comisión de Soberanía Alimentaria, manifestó que la diversidad genética debe ser conservada, antes que los procesos de erosión genética en el campo produzcan la desaparición definitiva de materiales únicos, atentando la seguridad y soberanía alimentaria.

Sostuvo que el diálogo y el debate de saberes permitirán robustecer el contenido de la propuesta para beneficio del país, especialmente para la activación de la producción y efectivizar la revolución agraria, al enfatizar que los transgénicos no tienen cabida en Ecuador.

La voz de la ciudadanía

Ana Bolaños, de la Comuna La Esperanza, pidió que la ley privilegie a los pequeños y medianos agricultores, a través de la implementación de un seguro o subsidio agrícola. El Buen Vivir está ligado a una alimentación sana, a la protección de la madre tierra, lo que está en grave riesgo cuando se sigue entregando elementos químicos, que contaminan las tierras y los productos, dejando de lado la agroecología.

El ingeniero Ángel Pozo, de la Asociación de Cadenas Productivas de Penco y Cabuya, planteó analizar las condiciones económicas, técnicas y tecnológicas de los campesinos respecto a las grandes empresas registradoras de semillas, pues la diferencia está marcada por la parte económica para, precisamente, acceder a ese registro.

Igualmente, habló de definir bancos de germoplasma en las localidades y territorios de los propios productores.

Jaime Tulcanaza, de la Corporación Sembrando un Futuro, sugirió establecer reglas más ágiles para la certificación de semillas y que fundamentalmente se abran mercados para su desarrollo, promoción y venta. Quisiéramos acá en Carchi llegar al grado de eficiencia y calidad de la empresa Salinerito, de la provincia de Bolívar, expresó.

MG/pv

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