Organizaciones de Napo piden que se proteja y se mejore las semillas nativas

Martes, 22 de noviembre del 2016 - 12:49 Imprimir Elaborado por: Sala de prensa

En dos temas coincidieron quienes asistieron a la audiencia provincial por la consulta prelegislativa del proyecto de Ley de Agrobiodiersidad, Semillas y Fomento Agroecológico, que se realizó en el Tena-Napo. El uno, que es fundamental que la Asamblea construya las normas con la participación ciudadana y el otro que se proteja a las semillas nativas, a los conocimientos y saberes ancestrales.

Desde que regresamos a la democracia no hubo una Ley, al menos que proteja a los pequeños agricultores, y ahora estamos discutiendo una, que espero nos favorezca, sostuvo Pablo Carachupa, de la comunidad Aguapungo. Destacamos la labor de la Asamblea Nacional por permitir esta socialización, que da la oportunidad de expresar a la gente de esta provincia lo que piensa, agregó Ángel Pérez.

Recomendó que la Ley considere la realidad amazónica, tal como se lo hace con las otras regiones. En la Costa y Sierra, por ejemplo, con sistemas de riego, pero indicó que en la Amazonía existen otras realidades como exceso de humedad y contaminación ambiental. Con este criterio coincidió Virgilio Yangues, de la parroquia Puerto Napo. Indicó que en este sector hay que hacer tratamientos especiales con diferentes plantas, por dichas condiciones.

Sobre las semillas nativas, Édison Carvajal, servidor público de Archidona, pidió que se tenga un registro de las mismas y que se piense en mecanismos para controlar la propagación de enfermedades cuando circulan las semillas de un lugar a otro. Les pido que nos protejan desde la Asamblea, acotó, mientras tanto, Antonia Cerda, coordinadora de mujeres de Puerto Napo. Tenemos semillas medicinales, alimenticias y maderables, todas con conocimientos ancestrales propios, explicó.

Estas semillas las mantenemos desde hace muchísimos años atrás, afirmó otra dama. María Licuy, de la Asociación Asogrosach. Dijo que estas no solo sirven para la alimentación, sino para la salud y otros beneficios. Se refirió por ejemplo al ticaso, que es el maní de monte, rico en omega 3, así como la guayusa, que es un te que cura los nervios, la gripe, ahuyenta las serpientes y es un energizantes, por su parte, la chonta sirve para el consumo humano y de animales.

“La chonta no es solo una planta, es un apellido”, enfatizó Yangues. Es una fruta, se saca palmito, sirve para hacer duelas y alimenta al chontacuro, que es otro de nuestros alimentos, dijo. Si se siguen introduciendo otras variedades, las nuestras desaparecerán, acotó Licuy. “Nosotros nos alimentamos más de lo que la naturaleza nos da”, añadió César Grefa, socio de la nacionalidad quechua.

Tras resaltar la importancia de la norma, Juan Acán, concejal del Municipio de Arosemena, manifestó que visualiza un problema: “tenemos semillas nativas, pero su productividad es muy poca, se las debe mejorar, para ganarle a los transgénicos”. También dijo que se deben adecuar los mercados para que se puedan vender sus productos a precios razonables.

LILA

 

 

 

 

 

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