Al destacar la importancia de aprobar y actualizar la Ley de Semillas, las delegaciones de los siete cantones de Pichincha, del pueblo montuvio, semillaristas, productores y agricultores solicitaron programas de comercialización, capacitación a las organizaciones sociales y ciudadanía para proteger la semilla, establecer convenios con las universidades con procesos de investigación para rescatar las semillas nativas que se encuentran en extinción, así como impulsar la agroecología y erradicar poco a poco los monocultivos para diversificar la producción del país.
En el Salón José Mejía Lequerica, con la presencia de más de 350 personas, Agustín Cacuango, de la organización COINOA, de Cayambe, resaltó el debate del proyecto de Ley de Agrobiodiversidad, Semillas y Fomento Agroecológico con los sectores campesinos. Señaló que en la parte alta del cantón no hay un sistema de riego, lo cual dificulta los sembríos y producción de semillas necesarias para el sector campesino.
Vicente Párraga, del pueblo montuvio mencionó que las organizaciones campesinas de base son las que producen y garantizan la soberanía alimentaria. Se debe crear un sistema propio de comercialización, porque BanEcuador no tiene una política para apoyar de mejor manera a este sector, enfatizó.
Para que la tierra dé frutos debe haber una semilla no contaminada, dijo Rómulo Quimies, de la Confederación Nacional del Seguro Campesino de Ecuador, al mencionar que es esencial impulsar la agroecología, más aún cuando las empresas transnacionales y el modernismo generan la destrucción de la tierra, así como el calentamiento global que es desastroso para los seres humanos.
Por su parte, Amalia Collahuazo, delegada de pueblos ancestrales del noroccidente de Quito, barrio Ullachuy Bajo, destacó la importancia de aprobar y actualizar la Ley de Semillas que protege, respalda a los sectores campesinos y la semilla autóctona. En cambio, Elías Imbago, representante de Asociación Cangagua, pidió asesoramiento a las comunidades para mejorar su producción.
Édison Pijal, de la organización UNOPAC, sugirió que en el pénsum de estudios se incluya una materia sobre la agricultura agroecológica. Para evitar la pérdida de algunas semillas nativas se debe establecer convenios con las universidades del país para iniciar procesos de investigación para recuperarlas, añadió.
Victoria Pagua, de la organización San Antonio de Valencia, en calidad de semillarista solicitó el apoyo para los productores, a fin de tener un mercado fijo. Además, la urgencia de capacitar no solo a las organizaciones sociales, sino al pueblo en general para cuidar y rescatar las semillas. Hace algunos años había alimentación sana, pero hoy se utilizan muchos pesticidas, el objetivo es mejorar la salud de los ecuatorianos y que se conozca cuáles son los alimentos nutricionales, subrayó.
Hay que erradicar poco a poco los monocultivos para diversificar la producción del país señaló Irma Domínguez, representante de la organización Tosagua, mientras que Hugo Pacheco, de la Asociación de productores de San Juan de Chillogallo al destacar la necesidad y urgencia de aprobar la Ley de Semillas señaló que para alcanzar mejores niveles de producción es conveniente que en la ley consten incentivos al productor. En este marco, el asambleísta Mauricio Proaño adelantó que este tema constará en el informe.
José Cuzco, de Tabacundo, al coincidir que se debe establecer incentivos para los productores y semillaristas, pidió que el Ministerio de Agricultura apoye a los pequeños productores en la entrega, por ejemplo, de cáscara de arroz o caña de azúcar para producir abono natural para mejorar los cultivos.
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