El feriado bancario de 1999 generó sufrimiento, indignación, además de acabar con la unidad de miles de familias y sus sueños, en especial de la población afectada.
Este drama humano aún no se repone, está latente en la mente de la gente, que clama justicia, reparación de víctimas y sanción para los responsables. Esta grave situación fue motivo de análisis en el programa Termómetro Ciudadano, que se difunde en los medios legislativos.
En esta ocasión, se presentaron testimonios de deudores de buena fe, la opinión de jóvenes y ciudadanos, mientras María Elsa Viteri, exministra de Finanzas; María Pía Vera, catedrática de la Universidad Católica y Rafael Tramontana, deudor de buena fe, analizaron los orígenes y consecuencias del problema.
“Hicieron de las suyas en ese tiempo, por suerte no estaba jubilado, de lo contrario hasta mi plata hubiese marchado”; “es algo muy triste de recordar, pues personas que ahorraron toda su vida perdieron todo”; “quisiera que jamás en nuestro país vuelva a ocurrir algo de esa naturaleza”; “muchas personas se vieron obligadas a salir al exterior, sabemos de gente que ha muerto, que se suicidó”; “tenía como 2 millones de sucres y me devolvieron 40 dólares y con eso qué se hacía, nada”, fueron, entre otros, los comentarios de jóvenes y ciudadanos.
María Pía Vera, recordó que en su libro Más Vale Pájaro en Mano: Crisis Bancaria, Ahorro y Clases Medias, exploró la incertidumbre de los ahorristas ante la catástrofe financiera, que golpeó la estructura familiar y fundamentalmente el sentido de seguridad y protección. "La lógica de los ecuatorianos ha sido ahorrar para el estudio de los hijos, edificar una casa, pero todos esos sueños se vinieron abajo, por lo que la deuda de la sociedad es garantizar una reparación a las víctimas", agregó.
María Elsa Viteri, comentó que es la etapa más dolorosa para el país y las generaciones, ya que trajo consecuencias irreparables en la producción, crecimiento y desarrollo, lamentablemente no se profundizó en los orígenes, sostuvo, al precisar que urge indagar en las leyes que se dictaron, previo al feriado y cómo se favorecieron unos terceros oportunistas.
Rafael Tramontana, dijo que la situación de los deudores de buena fe es producto del feriado bancario, en razón de la política del agiotismo y luego, la negligencia de los administradores y liquidadores de la banca cerrada.
Testimonios
Andrés Arteaga, de 27 años de edad, hijo de Patricia Bastidas, deudora de buena fe, comentó que su familia vivió años de decepción, tristeza, frustración, limitaciones de toda índole y con miedos de enfrentar desafíos.
Geovanni Brito, indicó que en sus mejores años de juventud presenció la devastación de su núcleo familiar, enfermedades crónicas, el suicidio de uno de sus hermanos y si eso fuera poco, asumir la deuda de sus padres.
Ivetth Ruperti, destacó la fuerza y coraje de sus progenitores. Con lágrimas, relató lo duro de no tener recursos para estudiar y alimentarse. Mientras su madre, Ivetth Cobo, revivió los momentos del embargo de sus bienes. ¿Quién me devolverá los 24 años de casada, la afectación humana, el sufrimiento y los sueños de mis hijos? se preguntó.
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