El debate sobre el uso de los transgénicos persiste en la Comisión de Soberanía Alimentaria y Desarrollo del Sector Agropecuario y Pesquero. En esta ocasión las conversaciones se desarrollaron alrededor del daño que pueden ocasionar dentro de la agricultura y en la alimentación de los ecuatorianos.
Para ello, la mesa invitó a la doctora Elizabeth Bravo Velásquez, quien junto a tres delegados del Colectivo Ciudadano por un Ecuador Libre de Transgénicos hicieron un llamado de atención sobre el mal uso de esta tecnología.
Jaime Breilh, médico y rector de la Universidad Andina Simón Bolívar, mostró su preocupación por la utilización desmesurada de los transgénicos. Para él esta tecnología no solo destruye la naturaleza, sino también a las comunidades dedicadas a la agricultura. Advirtió que no quiere que Ecuador sea una hoguera de enfermedades, sino un país de prosperidad agrícola sobre una producción sana y saludable.
Por su parte, Javier Carrera, integrante del Colectivo Ecuador Libre de Transgénicos, recordó que en 2008 éramos el único país andino que prohibía en su Constitución el uso de semillas transgénicas. Sin embargo, en 2017 esta situación cambió al aprobar una ley que permite el ingreso de estas semillas pero con fines investigativos.
Carrera señaló que sí hay argumentos que demuestran que los transgénicos son dañinos para la salud y que no han servido para la agricultura del país. Por tanto, “para qué arriesgarnos si existen otras técnicas más efectivas y sanas que pueden funcionar”, indicó.
El asambleísta por un día, Teófilo Carvajal, tampoco se mostró a favor de esta tecnología. A través de su experiencia, explicó los daños que siente y ve en los alimentos que tienen los efectos de transgénicos. Sin embargo, recalcó que este no es el único perjuicio que recibe hoy la agricultura ecuatoriana. Los agrotóxicos son para él más dañinos y venenosos.
Como parte del Día de la Niña, participaron en la Comisión Xixa Chávez y Johana Quimbiulco. Ambas mostraron su rechazo a este tipo de tecnología y pidieron por una alimentación más sana, alejada de los químicos y acorde con las edades. En el caso de Xixa Chávez, habló sobre los productos ancestrales y cuestionó el hecho de utilizar este tipo de tecnología cuando la naturaleza puede ofrecer alimentos sanos.
Por su parte, la asambleísta Liuba Cuesta, miembro de esta mesa legislativa, recordó que la Ley de Semillas fue socializada y consultada por todo el país. Sin embargo, reconoce que se deben investigar las causas que afectan las semillas, que no solo se da por el uso de transgénico, sino también por agrotóxicos.
El legislador Lenin Plaza pidió profundizar en el tema, pues la Asamblea aprobó el uso de transgénicos solo para uso investigativo. Si hay cultivos ilegales, deben ser examinados, pues de otra forma no se debe utilizar esta tecnología.
Ricardo Zambrano, presidente de la mesa, advirtió que no está de acuerdo con el uso abusivo de la técnica transgénica como un sinónimo de lo que hacen las grandes transnacionales; sin embargo, coincidió con el asambleísta Plaza en el sentido que las investigaciones pueden ayudar a probar al menos para qué es buena y en qué casos no funciona esta tecnología.
La Comisión de Soberanía también llamó a la mesa al ingeniero José Buñuay, presidente de la Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria (Copisa), quien habló sobre el trabajo que realiza esta organización.
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