La promesa se hizo con el corazón. Niños, asambleístas, miembros de fundaciones, organizaciones y de instituciones públicas estrecharon sus dedos meñiques para comprometerse, entre todos, por la seguridad de los niños en las vías. Esta forma de pacto surgió cuando se descubrió que hay una arteria que conecta al corazón con ese dedo. Los niños consideraron que ese símbolo, para ellos, significa más que un papel o una palabra.
Con esa actividad, los actores públicos y privados mostraron su voluntad para trabajar por la campaña “Niños Seguros en las Vías del Ecuador” (Nisev), impulsada por la Fundación Centro de Apoyo a Víctimas de Accidentes de Tránsito “Nicole Paredes” (Cavit), en convenio con el Banco de Desarrollo de América Latina. En ese ambiente, entregaron a José Serrano, titular de la Legislatura, una propuesta de reformas a la Ley de Tránsito y Transporte Terrestre.
“Esta es la Casa de Todos”, reiteró el presidente, al saludar a los presentes y comprometerse a tramitar en el Consejo de Administración Legislativa el anteproyecto para que pase a estudio de una comisión especializada, a fin de construir una ley integral en donde todos vean fortalecidos sus derechos. Recordó que en lo que va del año las muertes por estos percances superan las 1500 personas, una cifra superior a los homicidios y asesinatos.
“Esto da cuenta de una realidad muy compleja para el país”, sostuvo, tras recalcar que hay que enfrentarla, sobre todo con educación y un cambio de comportamiento de la sociedad, en la relación con nuestros semejantes. Señaló que el cuello de botella está en generar una conciencia suficiente de todos para erradicar estas “acciones y omisiones negligentes y, otras veces, dolosas”, que provocan la pérdida de la vida de miles de compatriotas.
Con eso coincidieron Kléver Almeida, consultor de la Unicef, que ayudó a formular las reformas, y Bernardo Requena, del Banco de Desarrollo, quienes creen que Ecuador cuenta con una de las mejores leyes en materia de tránsito, pero que el problema fundamental es su aplicación. Esto debe ser un trabajo de todos.
“Solo un 15 % de los niños usa debidamente un dispositivo de seguridad”, reafirmó Soraya Herrera, presidenta de Cavit. Se ve que las madres o padres conducen mientras van haciendo uso de su celular o maquillándose; niños que van sacando su cabeza o brazos, bajo la vista de sus padres. “Somos cómplices y esta es una oportunidad histórica para cambiar esa realidad, que entre niños de 5 a 12 años se ha convertido en la principal causa de muerte”, agregó.
El incremento de accidentes de tránsito llevó a la Asamblea a crear una Comisión Ocasional. Esta tiene como objetivo contribuir con documentos importantes que permitan construir una reforma a la Ley de Tránsito. “Las reformas están relacionadas con los niños, que son un grupo vulnerable”, agregó Elízabeth Cabezas, presidenta de la mesa, al asumir el compromiso por la campaña.
Propuestas de reformas a la Ley de Tránsito
Con el programa y las reformas estos activistas buscan mejorar la legislación y generar un paquete de herramientas que facilite la inclusión de políticas públicas de prevención en materia de seguridad vial, especialmente dirigida a los niños.
Almeida explicó que uno de los pedidos es cambiar la nomenclatura, por ejemplo, que se deje de hablar de “accidentes” y se cambie por “siniestro”, porque el primero es involuntario y el segundo se puede evitar. Además, se incluyen detalles para el uso de sillas de seguridad para niños, según su edad, peso, caducidad de las mismas, así como para la revisión de vehículos y motos que transportan niños; controles velocidad, entre otros temas.
LILA/pv
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