José Mejía Lequerica: ejemplo de compromiso revolucionario y sentido americanista

Lunes, 20 de octubre del 2014 - 16:37 Imprimir Elaborado por: Sala de prensa
José Mejía Lequerica: ejemplo de compromiso revolucionario y sentido americanista

Tres charlas de conocedores de la obra y trayectoria de José Mejía Lequerica, a cargo de Marcela Costales, viceprefecta de Pichincha;  Juan Paz y Miño Cepeda, historiador ecuatoriano; y, de Consuelo Burbano, catedrática de la Universidad de Guayaquil, se desarrollaron hoy en el foro “José Mejía Lequerica: su pensamiento político visionario y la juventud ecuatoriana”, en la sede legislativa con la presencia de más de 350 estudiantes de distintos colegios de la provincia de Pichincha.

La Viceprefecta resaltó la visión política que trascendió los pensamientos de la época, sobre todo en Cádiz – España, donde José Mejía Lequerica hizo presencia con su voz frente al imperialismo español. Llegó tan alto porque iba en hombros de gigantes como los del pueblo de Quito que jamás aceptó ningún tipo de imposición, este pueblo de la rebelión de las Alcabalas, de los Estancos, de la matriz social donde nació este ilustre ciudadano, que dio muestras a América de cómo luchar por la libertad, añadió.

Hombros de gigantes como Eugenio de Santa Cruz y Espejo, precursor, médico y pensador que creó una nueva bandera para la rebelión quiteña y los de su hermano Pablo Mejía. En estos hombros de gigante se proyectó José y empieza a ver la vida de otra manera y empieza a ser el conspirador contra la corona española; pero los hombros de gigante que le levantan a la cima del amor y del conocimiento son los de Manuela Espejo, subrayó.

José Mejía Lequerica, como diputado fue la razón apasionada en las Cortes de Cádiz; es el símbolo del tribuno, de la palabra, del pensamiento revolucionario que hoy debe estar en carne y presencia de los asambleístas, de la Asamblea Nacional y de la palabra hecha carne en el pueblo, porque sabe comprenderlo e interpretarlo. “Solo se es grande cuando se está de la mano con el pueblo”, dijo al mencionar que en el corazón de los estudiantes está viva la presencia de José Mejía Lequerica.

Por su parte, el historiador Juan Paz y Miño, resaltó que este ilustre ciudadano perteneció a una  generación de jóvenes comprometidos con el proceso de independencia de nuestro país y su  identidad.  No escatimó esfuerzos para tener un pensamiento ilustrado con identidad de patria, por ello se  comprometió con el proceso revolucionario que se daba en Ecuador desde 1808 a 1812, subrayó.

En las Cortes de Cádiz discute la problemática de la situación de la lucha social en España y en América sobre el coloniaje, dialoga sobre la reivindicación, la revolución de Quito, se conduele por la matanza de su pueblo el 10 de agosto de 1810; propone la libertad de imprenta, plantea la libertad de pensamiento religioso que en esa época era un sacrilegio; y propone una monarquía constitucional, dijo.

Al fallecer dejó todos sus libros para que sigan usándose al servicio público, pues en todo momento estuvo comprometido con la causa revolucionaria que lo hizo con amor, sabiduría y rompiendo valores como el coloniaje, agregó

El sentido revolucionario, continuó, implica responsabilidad y por consiguiente lo mejor que pueden hacer los jóvenes es capacitarse y estudiar tal como lo hizo Mejía y todos los próceres de esa generación del siglo XVIII para saber conducir a sus pueblos dentro del espíritu de revolución.

La máster Consuelo Burbano dijo que José Mejía es más que un personaje de la historia nacional, pues significa hablar de un diccionario y entender el pensamiento histórico a futuro, revolucionario, transformador; es entender su proyección en las nuevas generaciones democráticas de nuestra patria.

Todo un compromiso para este país que nace, crece y busca su transformación.  Él como hombre, como criollo, por excelencia, por el comienzo de un mestizaje que recorre sus venas, esta mezcla de la sangre española de su padre con la mestiza de su madre dan a luz un pensamiento prodigioso, en cuyo compromiso se hace latente y se lleva a efecto en las Cortes de Cádiz, representando a nuestra América india, mestiza, blanca y negra, enfatizó.

Su voz latente, su discurso cálido, pero firme, sus convicciones personales se deben hacer eco en la juventud, dijo  al indicar que la voz de Mejía Lequerica constituyó la voz de protesta del indio, del negro, del mestizo.

Hoy que conmemoran el bicentenario de la  muerte,  debemos entender que él no ha muerto porque su pensamiento sigue vivo y  latente en la juventud, pues su pensamiento trascendió más allá del tiempo y del espacio, concluyó.

JLVN/pv

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