Señaló que de las grandes luchas de nuestro propio tiempo, se debe tomar el ejemplo de los pueblos que resisten por conseguir la igualdad, en contra de la discriminación y de toda forma de exclusión, contra los poderes fácticos que han capturado y asfixiado al Estado para beneficiar a las minorías privilegiadas.
La historia recoge a algunos actores de este gesta, normalmente vinculados a las clases acomodadas del Quito de ese entonces, pero fueron muchos los que protagonizaron esta lucha libertaria y que regaron su sangre sobre las piedras el 2 de Agosto de 1810, y los que acompañaron después, a través de los llanos y las alturas andinas, la épica marcha de Bolívar”, subrayó Rafael Correa.
En este marco, instó a las ciudadanas y ciudadanos a herir de muerte al olvido. “Desde el 10 de Agosto de 1809 hasta el 24 de Mayo de 1822 ocurrió, ante todo, una gesta popular, de gente enamorada de su tierra, tanto como de su ansiada libertad, una gesta que siempre luciría incompleta si junto a los grandes próceres, a los estrategas, a los políticos visionarios, aunados en una misma voluntad, no estuvieran los pueblos de todas las regiones de esta Patria grande que es la Patria Americana”.
Destacó que ésta también fue la concepción extraordinaria del Viejo Luchador, Don Eloy Alfaro Delgado, de quien dijo que se reivindicará “la consigna de un país liberado de las ataduras eclesiásticas, de la ignorancia y el oscurantismo; formado por hombres y mujeres dotados de una conciencia enriquecida por los beneficios del saber e incorporados a una América solidaria, responsables de una Patria que se vio a sí misma grande e integrada”.
“Nosotros, somos bolivarianos y alfaristas, pero también martianos, sandinistas, morazanos, con revoluciones auténticas, con el despertar de nuestros pueblos, los próceres recuperan el don de la palabra, recobran el mando, la calidad fecunda de capitanes libertarios”, precisó.
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