Hace 19 años en China se reunieron 30 mil mujeres para decirle al mundo ¡basta¡ ¡acá estamos¡ pues las mujeres de Beijing decidieron poner al poder rostro de mujer y darle a la lucha cuerpo de mujer y de comenzar a hablar del poder que las mujeres tienen, dijo Diego Vintimilla, miembro del Grupo Parlamentario por los Derechos de las Mujeres, en el marco del Primer Foro Nacional de Mujeres Beijing+20 que se desarrolla en la Sede Legislativa.
Esas 30 mil mujeres en Beijing decidieron no ir a mendigar el poder, sin humildades, sin rubores, sino con dignidad, con resistencia, con memoria, con acción. Cómo lograr que el poder se ponga al servicio de una agenda no únicamente de la mitad del mundo, sino la agenda que la mitad del mundo le está planteando a la otra mitad que muchas veces le ha virado la cara, aseveró.
Hoy puedo estar frente a este grupo de mujeres luchadoras, justamente gracias a mujeres a las que no les han podido callar como Dolores Veintimilla, Marieta de Veintimilla, Zoila Ugarte, Adelaida Velasco, Victoria Vásconez, Zoila Rendón, María Angélica Hidrobo, Hipatia Cárdenas, Dolores Sucre, Matilde Hidalgo y muchas más como aquellas camaradas: Luisa Gómez de la Torre, Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña, Nela Martínez, expresó.
El parlamentario les participó de la carta de la patria que Nela Martínez escribió a las mujeres “deseamos que en Ecuador las madres puedan cantar una canción de cuna que no sea modulando en llanto, queremos que ellas aprendan a decir la libre canción que saben que su tierra es suya….”
En este encuentro, Nidya Pesantes, de ONU Mujeres dijo que el próximo septiembre se cumplirán 20 años de este paso histórico para la humanidad. Pueden haber voces que plantean que considerar a la plataforma Beijing un paso histórico es una exageración, pero para quienes han adoptado los derechos humanos como factor ineludible para avanzar en los procesos de desarrollo, que el mundo cuente con un plan que le apueste a subvertir el statu quo para alcanzar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres es, en sí mismo, un paso histórico.
La igualdad de la mujer supone progresos para todos. Esta profunda verdad dicha de manera tan directa y sencilla encierra la clave del cambio, si logramos la igualdad entre mujeres y hombres habremos dado un salto revolucionario, pues habremos quebrado las estructuras que sustentan el patriarcado y la supremacía del capital por sobre lo vivo, por sobre la vida, enfatizó
Cada una de las esferas que constituyen la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing es una oportunidad para mejorar la situación y la condición de la población en general. Cada una de las 12 esferas nos platea retos que se expresan en los indicadores de igualdad que aún debemos superar, por ejemplo no puede ser posible que las mujeres trabajen 15:47 horas más que los hombres cada semana y en el área rural el tiempo es de 23 horas más que los hombres, dijo.
Entre tanto, Doris Duque, del Consejo Nacional de Igualdad de Género, manifestó que la lucha y reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres ha permitido que se vayan materializando algunas de las reivindicaciones que desde la sociedad civil se presentaron hace 20 años.
Muchos de estos avances los podemos apreciar en la participación política de las mujeres en espacios de representación y decisión, como lo son en los distintos cuerpos colegiados, las diversas funciones del Estado y, de manera significativa, en la Asamblea Nacional, que en la actualidad es presidida por mujeres, así como el acceso a la educación, que en muchos niveles se ha eliminado la brecha e incluso se ha revertido en algunos casos.
Si bien con los avances normativos instaurados en el país respondemos a una igualdad formal, aún necesitamos lograr la igualdad real que se vea reflejada en la vida y cotidianidad de mujeres y niñas, subrayó.
Otros temas como la violencia siguen siendo un reto en nuestro país, pese a los esfuerzos institucionales desarrollados en el marco del Plan Nacional para la Erradicación de la Violencia de Género hacia la Niñez, Adolescencia y Mujeres, en la que se han adoptado medidas para la transformación de patrones socio culturales que reproducen la violencia, la atención integral a víctimas, el acceso a la justicia, y la producción de información estadística que permita medir la prevalencia de la violencia de género en el país, finalizó
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