“Indignación, rabia, tristeza, cólera y, ante todo, el deseo de hacer justicia, son los sentimientos que afloran frente a lo que acabamos de ver por el paso de Chevron en Ecuador”, dijo el asambleísta Esteban Melo, presidente del Grupo Parlamentario de Amistad Ecuador-Francia, al culminar el recorrido por el campo Aguarico 4, ubicado en Shushufindi, provincia de Sucumbíos,, efectuado con la delegación de la Asamblea Nacional de Francia, dirigida por Serge Bardy, en el cual se pudo conocer los daños causados por la empresa, en su actividad petrolera en Ecuador, de 1974 a 1992.
“No podemos quedarnos impasibles, Ecuador le grita al mundo, como en esta ocasión le pide a Francia, solidaridad, a través de sus autoridades; pedimos que nos apoyen en esta lucha, que es de David contra Goliat. Ellos tendrán dinero, después de lo que hemos visto, tenemos muy claro y, cada vez, estamos más convencidos que nosotros tenemos razón y vamos a ganar esta pelea, contando con la solidaridad de todo el mundo, con la solidaridad de las personas de bien”, agregó.
Esta vez queremos pedirles a nuestros hermanos parlamentarios de Francia que nos apoyen solidariamente, en este momento de manera personal, pero sí quisiéramos que nos ayuden a impulsar dentro de la Asamblea Nacional francesa un respaldo institucional, consecuente con los sentimientos que habrá despertado lo que pudimos constatarhoy. “Queremos que se haga justicia con la naturaleza y con la gente”, subrayó.
De su lado, Serge Bardy, quien preside el Grupo de Amistad Francia-Ecuador, compartió el sentimiento de injusticia y de cólera expresado por su homólogo ecuatoriano Esteban Melo. “Soy un hombre comprometido como militante, primero, y como parlamentario, después, por ello, es importante para nosotros haber venido aquí para darnos cuenta del daño causado por esta multinacional irresponsable. Ahora que nosotros lo hemos visto, podemos hablar de esto, hará falta que actuemos para devolver al planeta su biodiversidad, particularmente a la Amazonia”, dijo.
Explicó que se trata de una delegación parlamentaria y, como tal, tienen contextos diferentes en los cuales pueden actuar. “Podemos legislar, poner leyes que impidan a las multinacionales irresponsables hacer daños como estos. Yo conservaré este recuerdo de la mano embarrada con petróleo pesado y que la estreché con mi colega Esteban Melo”, aseveró.
Chantal Guittet recordó que existen antecedentes como el ocurrido en Bretaña hace algunos años en que se produjo el hundimiento de un buque petrolero que contaminó una importante zona productiva; una pequeña comunidad demandó a la empresa y ganó la contienda legal en una corte de Estados Unidos. “Espero que en el caso ecuatoriano también se pueda triunfar en esta lucha”, remarcó.
Durante el recorrido, José Luis Díaz, director de pasivos del Ministerio del Ambiente, explicó que entre 1995 y 1998, la empresa Texaco, hoy Chevron, ejecutó un supuesto plan de remediación ambiental, que consistió -entre otras cosas- en llenar las piscinas con palos, piedras y tierra, como lo hacía la población o, según referencias de la comunidad, quemar los residuos de petróleo, sin que se hayan realizado procedimientos eminentemente técnicos, razón por la cual, con el paso de los años, tras la sedimentación de los restos del hidrocarburo, algunos de ellos subieron a la superficie y por mucho tiempo estuvieron ocultos con la vegetación propia de la zona, que ha sido resistente a la contaminación, al aclarar que la presencia de tales plantas no quiere decir que se haya hecho lo correcto.
Chevron jamás aplicó medidas ambientales preventivas, ni de remediación, pese a que las leyes de entonces establecían responsabilidades para esta clase de compañías, aseguró Díaz.
En el recorrido estuvieron presentes los asambleístas franceses Serge Bardy, Chantal Guittet, Jean Pierre Vigier y Francis Hillmeyer, mientras que, por Ecuador, acudieron Esteban Melo, Mauricio Proaño, Elizabeth Reinoso y Víctor Medina.
EG
