En respuesta a la exhortación de la Asamblea Nacional, el presidente de la República, Rafael Correa Delgado, declaró el estado de excepción en las provincias de Chimborazo, Bolívar, Tungurahua y Cotopaxi, para enfrentar los efectos de la sequía en la región.El Ejecutivo notificó su decisión tanto a la Función Legislativa cuanto a la Corte Constitucional, en cumplimiento de lo que establece el artículo 166 de la Constitución Política.
La Asamblea, con el voto afirmativo de 105 asambleístas de diversas bancadas legislativas, el pasado 2 de febrero, formuló un exhorto al Mandatario para que determine las acciones tendentes a declarar en estado de excepción a las provincias de Chimborazo, Bolívar, Tungurahua y Cotopaxi, a fin de puedan enfrentar la grave sequía que vive la zona.
El documento se orientó también a que el Gobierno disponga los mecanismos pertinentes para la reactivación económica; la atención en salud, la reconstrucción vial y habitacional en los cantones de Penipe, Guano y Riobamba, de la provincia de Chimborazo y de Baños, Pelileo y Patate, de la provincia de Tungurahua, ante el incremento de la actividad sísmica del volcán Tungurahua.
Con la aplicación de esta medida se deberá fortalecer las acciones de los ministerios competentes para atender los requerimientos de los medianos y pequeños productores agropecuarios, movilizar y asignar los recursos materiales y económicos para cumplir con el objetivo del Sumak Kawsay.
Marco Murillo, autor del proyecto, explicó que el estado de excepción no interrumpirá las actividades de las funciones del Estado, más bien, permitirá priorizar la atención a estas jurisdicciones que vienen perdiendo las cosechas de productos de ciclo corto, el deterioro de la producción ganadera, el desabastecimiento de productos agrícolas al mercado local y regional, la especulación de productos básicos de la canasta familiar, el endeudamiento de medianos y pequeños productores, así como el deterioro de la economía de las familias indígenas y campesinas.
Enfatizó que la ola de sequía de la región andina está provocando la pérdida de cultivos, porque desde marzo de 2009 no llueve en la sierra central, a lo cual se suman varios problemas que castigan al agro, como las heladas, que no solo malogran los cultivos, sino que disminuyen la producción bovina, vacuna, porcina, poniendo en riesgo el ciclo productivo del 2010.
Indicó que 120 mil hectáreas, aproximadamente, se destinan a la producción agropecuaria en las citadas provincias, por lo tanto, el 48.30% de la población de las mismas se dedican a las actividades agropecuarias. En la sierra central, 50 hectáreas del cultivo ya se han perdido, según los datos del Ministerio de Agricultura. De seguir la sequía en la región andina habrá consecuencias, no solo en el agro, sino en la ganadería de la región y, por supuesto, a la salud de los habitantes de las comunidades indígenas, campesinas y rurales.
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