El saqueo de nuestros suelos fue la salvación de una Europa quebrada por las cruzadas Cristianas, sin que hasta hoy exista un mínimo resarcimiento para un pueblo que desde entonces se lo conoce como Indio. La visión obscurantista no ha cambiado a pesar de más de cinco siglos y lastimosamente la luz que desde las Américas llegó a las Coronas invasoras no ha sido suficiente para que esa oscuridad se desvanezca.
La vieja política del dejar pasar y dejar hacer condicionando nuestro desarrollo al interés del imperialismo parecía eterna, sin embargo las minas y las plantaciones de coca en Bolivia, generosamente entregaron una de sus mayores riquezas, el primer presidente Indio, que es el símbolo de las reivindicaciones latinoamericanas, en un país mayoritariamente Aymara y Quechua.
Evo no es el redentor impuesto por la espada y la cruz, para jóvenes como yo, Evo es la quimera que nos ha convencido que un mundo diferente es posible, por eso lo que es con Evo es con la América pluricultural y multiétnica. Esta vez no permitiremos que la historia sea escrita de arriba hacia abajo, convirtiendo a villanos en héroes. Europa no le debe solamente una disculpa pública a Bolivia y América del Sur, le debe los años de opulencia y el lujo del despilfarro.
Esta es la oportunidad histórica que el primer presidente Afro de los Estados Unidos ha dejado pasar, por que si en Sur América fue Potosí y Villa Rica entre tantas minas, Sur África sufrió las mismas agresiones de saqueo de los recursos naturales de todo tipo, incluyendo la raza humana esclavizada y vendida al mundo cual baratija, eso lo dejamos a la conciencia del presidente Obama.
Lo nuestro es el fortalecimiento de Unasur, (ASA) América del Sur-África Sur- Sur, y no deberíamos ni si quiera exigir disculpas, por que en pleno siglo XXI quienes dicen llamarse demócratas están en la obligación de disculparse devolviendo parte de las riquezas que han saqueado durante siglos.
Para ti, compañero, hermano Evo, no solamente la solidaridad y mi apoyo incondicional en esta nueva agresión al pueblo Andino, sino también el cariño y admiración de una mujer en un mundo discriminatorio que estamos cambiando con el trabajo cotidiano, pues quienes tenemos estas responsabilidades ya no pensamos que tenemos el apoyo de “nuestro” pueblo, por que somos el pueblo mismo y nunca dejaremos de serlo.
Asambleísta Nacional | Integrante de la Comisión Del Derecho a la Salud | Visita mi Perfil
