"Los ecuatorianos podrán recuperar sus ahorros que consideraban perdidos" La Asamblea Nacional aprobó ayer en primer debate el proyecto de Ley para el cierre de la crisis bancaria de 1999, que busca beneficiar a los deudores de buena fe, que durante la crisis de finales de la década del 90, fueron imposibilitados de pagarlas por los intereses que crecieron de manera desproporcionada. Inflación, devaluación, recesión, quiebra de empresas, desempleo, mayor pobreza e indigencia, suicidios y la mayor ola migratoria de la historia del país, fueron las consecuencias de la crisis bancaria. Las pérdidas económicas ascendieron a 8.000 millones de dólares y las pérdidas sociales fueron mayores. En enero del 2000, con la devaluación de la moneda nacional, adoptamos la dolarización a una paridad de 25.000 sucres por dólar. Vale recordar que la crisis financiera se originó en el gobierno de Sixto Durán Ballén y Alberto Dahik, promotores del neoliberalismo en Ecuador. En 1994 crearon la Ley de Instituciones Financieras, que liberalizó las tasas de interés, permitió la libre circulación de capitales y el aumento de los créditos vinculados, que proliferaron sin control. En 1998 el poder financiero se volvió evidente, cuando banqueros como Fernando Aspiazu y Guillermo Lasso, que financiaron la campaña de Jamil Mahuad, formaron parte de su gabinete. Se establecieron políticas de "salvataje bancario" que permitieron la entrega de créditos millonarios a la banca, a través de instituciones públicas. Moralmente debemos un cierre que vaya más allá del arrepentimiento, de la rehabilitación moral, actuando en base a hechos que marquen una diferencia total, entre quienes dijeron ayudarnos, metiendo sus manos en nuestros bolsillos, y quienes queremos ayudar, con un cierre justo, moral, legal y suficiente, que demuestre que podemos rehacer el Ecuador que nos dejaron en pedazos.
Asambleísta por la Circunscripción de Europa, Asia y Oceanía. Desde muy joven me desempeñé como activista social en mi provincia natal Imbabura. Posteriormente en España como migrante, fui fundadora y presidenta de la Asociación Rumiñahui Hispano Ecuatoriana, trabajé en la defensa de los derechos de las personas en situación de movilidad humana, trabajo altamente reconocido que me llevó a ser elegida en 2009 como asambleísta representante de las y los ecuatorianos en Europa, Asia y Oceanía y reelecta para el periodo 2013-2017. Desde entonces hemos visibilizado el trabajo de las personas en situación de Movilidad Humana e incorporado la migración como eje transversal en más de 20 leyes aprobadas en la Asamblea Nacional.
