El tema de la reelección indefinida ha llamado la atención de todos los sectores de nuestra patria. Ha girado en varias direcciones (unas, muy convenientes para algunos) mientras que se intenta esconder el eje central de este tema, que es cómo ciertos grupos de oposición, ciertos medios de comunicación, juegan con una doble moral, atentatoria y “señaladora” de nuestro gobierno de la Revolución Ciudadana y otra favorecedora y promotora del mal llamado “modelo exitoso”
Cuando el 10 de noviembre del 2012 el Movimiento PAIS postuló como candidato a la presidencia al compañero Rafael Correa, fueron muchas las voces que se escucharon. Voces de movimientos sociales, de gente humilde, de comerciantes, de indios, negros, de amas de casa, de mujeres artesanas, en fin, del pueblo ecuatoriano que en una enorme mayoría levantaba un grito de apoyo, de felicidad por continuar un modelo revolucionario, que ha cambiado la vida del país.
Pero también se alzaron voces de protesta. Políticos de oposición recriminaban el hecho de que no se diera “alternabilidad política”, lamentaban la continuidad de un modelo que, para ellos y sólo ellos, no servía. Medios de comunicación señalaban con el dedo diciendo que ese “continuismo” iba a destruir al país. Hablaron de que no existía democracia. Democracia es permitir que se eleven todas las voces…democracia es respetar lo que dice la mayoría.
Y esa mayoría habló en febrero de 2013 cuando con un abrumador 54%, el país le dio el voto al modelo revitalizador de nuestra nación, le dio el voto a un líder innato, capaz de cambiar la historia de un país, que hasta hace 7 años, había perdido incluso la capacidad de soñar…Un líder que nos devolvió la Patria para siempre.
Entonces se habló de continuismo en un contexto negativo, empobrecieron una gestión, que no sólo ha demostrado ser exitosa, sino que ha comprobado una y otra vez, que es incluyente. Jaime Nebot, desde su trono dorado en el palacio municipal, habló de que no se daba espacio a nuevos líderes, dijo que se estaba ensombreciendo el sillón presidencial.
Hoy, cuando la historia se ubica en la situación contraria, y Nebot dice que el continuismo es positivo para seguir cambiando a Guayaquil (debido a su reciente aceptación como candidato a la alcaldía del puerto principal) nos quedamos perplejos ante la doble moralidad de ciertos sectores, de medios de comunicación, los mismos que apuntalaron con el dedo la decisión del pueblo, lanzaban las cartas de una doble moral, poniendo sobre la mesa su falta de ética, y su muy “conveniente ejercicio democrático”. Ahora, el continuismo está en otro escenario. Un continuismo positivo, alentador que llevará a Guayaquil a “estar mejor”, que la llevará a las “puertas del desarrollo”.
Son 18 años de Nebot como Alcalde de la ciudad que me vio crecer y desarrollarme. Dieciocho años en los que no ha habido ningún intento por cambiar un sistema privatizado, que los de su lista y movimientos llaman “modelo exitoso”. Un sistema excluyente, en el que Guayaquil le pertenece a algunos, no a todos, no a todas.
Hoy cuando se cuestiona el continuismo, ninguno de los sectores que desconocieron la labor de Rafael en estos 7 años, alzaron la voz para hablar de “alternabilidad democrática”. Por el contrario, enaltecieron la labor de la autoridad local, capitalizando su nueva participación electoral. Doble discurso, doble moral.
La moraleja de este juego del absurdo, es que el continuismo es positivo cuando conviene a ciertos sectores. Es desfavorable un alternabilidad política, porque se “rompe” con un modelo que ha traído beneficios al cantón más poblado del Guayas Es decir, por conveniencia, el continuismo y la alternabilidad, pueden o no pueden ser.
Nosotros, como movimiento, no estamos hablando en estos momentos de una reelección indefinida de Rafael como presidente. No lo hemos traído a la mesa del debate, pero sí queremos señalar y demostrar, cómo para "los sectores poderosos" de Guayaquil, la conveniencia encaja perfectamente en este juego de doble moral.
Gina Godoy Andrade, Asambleísta por el Guayas. Distrito 1 Feminista, luchadora permanente por la igualdad de género, la niñez y la adolescencia Asambleísta desde 2009. Integrante de la Comisión de Justicia y Estructura del Estado.
