“Ningún proyecto es ciento por ciento válido ni negativo. Eso es lo que se obtiene después de los primeros debates legislativos. Yo debo recordar a la población, por mi experiencia y convicción académica y profesional en la Politécnica del Litoral, que desde esa y otras instituciones se ha estudiado este tema y se ha concluido que es necesario, totalmente indispensable, que se llegue a tomar una decisión acertada y definitiva sobre el tratamiento de los recursos mineros y un verdadero despegue de esta actividad que no signifique malos manejos, malos procedimientos, ni daños ambientales. A mi parecer, muy personal, que cierta resistencia de ciertos sectores se basa en experiencias anteriores. Se sujetan a hechos acaecidos en años pasados que no fueron de los mejores por cierto. Toda actividad minera produce ciertos daños o señales al menos de ataques al medio ambiente. En mi experiencia yo he visto, en países muy desarrollados, en Estados Unidos, en Brasil, Australia, los efectos de la explotación sobre el ambiente: cielos totalmente rojos, nubes de contaminación. Y nótese que estamos hablando de países donde las leyes respecto de este tema son muy estrictas, totalmente estrictas. No estoy diciendo que debemos aceptar ese riesgo y esos posibles daños, pero tampoco ponernos en una posición totalmente cerrada. Es indiscutible que los recursos mineros deben ser parte del desarrollo nacional. Por cierto, me parece que la información que habla de que estos recursos no representan mayor cosa en el Presupuesto Nacional, esa información es errada o incompleta. Si se estudia con mayor detenimiento queda claro que la actividad minera es tremendamente importante y no puede desecharse con interpretaciones de esa naturaleza.”
