DISPOSICIONES TRANSITORIAS Y DEROGATORIAS CUADREGESIMA TERCERA
REFORMAS AL CÓDIGO DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA
La sociedad concibe la cárcel (y la privación del tiempo de vida) , como única respuesta al problema delincuencial, solución que tristemente también vemos que también resulta aplicable para los delitos cometidos por adolescentes.
Las medidas socioeducativas no deben constituir solo un eufemismo para la “pena” o la privación de libertad para adolescentes en conflicto con la ley , sino que por el contrario deben entenderse como una respuesta estatal diferenciada que busca la rehabilitación de los jóvenes y su reinserción social, y en la cual se debe tener presente que una intervención oportuna y adecuada puede en efecto cambiar la vida y el destino de un adolescente en conflicto con la ley penal , pero por el contrario la encarcelación temprana e indefinida acrecienta la vulnerabilidad de un joven infractor y lo conduce de por vida hacia un camino delictivo. La sociedad ha hecho ha hecho una equiparación de “privación del tiempo de vida” con el castigo, con la sanción penal y con la venganza, sin embargo en esta equivalencia entre tiempo y castigo, no se toma en cuenta para el cálculo, que el tiempo al interior de un centro de detención no transcurre de la misma manera que para el resto de los mortales, en tanto son horas llenas de soledad, de vacío y de todo tipo de privaciones.
¿Qué decir de la medida del tiempo que aun en condiciones de libertad no es equiparable entre los adolescentes y los adultos? , el tiempo de vida en la adolescencia es descubrimiento, fascinación, energía e inquietudes, mientras para los adultos el paso del tiempo es solamente la continuación de un camino que se escogió y va agotando las posibilidades de vida1, en el tiempo de los jóvenes todos los camino están todavía para ser recorridos y todas las posibilidades y opciones continúan todavía abiertas.
Un encarcelamiento de 15 años puede entenderse como una pena perpetua pues recae en las etapas de conformación de la personalidad , de estudio , de consolidación de una identidad social y familiar , es la etapa de inicio de la vida laboral y productiva, significa la privación de la propia vida aún antes de que la vida comience y tenga otras oportunidades que existan adolescentes que cometan delitos graves no es el problema principal de la sociedad sino la manifestación de otros problemas y realidades a las que todavía no hemos sabido dar respuesta.
Una constitución garantista no puede ser compatible con la criminalización de los jóvenes, nuestro legado a la historia no puede ser la acumulación de penas para los jóvenes infractores, si esta disposición se aprueba habremos dado un paso atrás en las luchas sociales con las cuales hemos legitimado nuestro camino político.
La acumulación de las penas no resuelve el problema de la criminalidad en general y menos aún en el caso de adolescentes, la privación de libertad (aunque se realice en instituciones correctivas) no constituye en muchos casos una vía hacia la integración del joven en la sociedad, Si antes de la infracción la sociedad ha fallado en la atención y formación del adolescente, las vías alternativas como las de la mediación penal que hemos propuesto pueden hacer del delito un punto de intervención una posibilidad para enmendar el camino, para comprender las consecuencias derivadas de la transgresión a la ley, la respuesta penal en el caso de adolescentes infractores debe realizarse no con el afán de castigar sino de corregir, más aún si consideramos el hecho de que muchas veces lo que lleva a los adolescentes al camino del delito es precisamente una falta de intervención educativa ,social, familiar previa y es en esa dirección a la cual debemos orientar nuestros esfuerzos.
Betty Carrillo, Mujer de izquierda, enamorada de la libertad y la justicia social. Decidida a ser participe del cambio positivo en la historia del Ecuador, Actual Asambleísta por la Provincia de Tungurahua, na..
