Los arquitectos Gabriela Aguilera Jaramillo, Ana Gabriela Salvador Irigoyen y Juan Carlos Soria Aguas obtuvieron el primer premio del Concurso Nacional de Anteproyectos del Complejo Legislativo.
Este importante acto contó con la presencia del presidente de la Función Legislativa, Fernando Cordero Cueva; el contralor General del Estado, Carlos Pólit; el vicealcalde de Quito, Jorge Albán; el presidente del Colegio de Arquitectos del Ecuador, Alberto Andino; y, el director del Incop, Jorge Luis González, a más de representes del cuerpo diplomático.
El jurado calificador estuvo integrado por los arquitectos Patricia Idrovo, presidenta, Diego Salazar y José María Sáenz, quienes estudiaron y calificaron 11 proyectos entregados en el plazo establecido.
Tras felicitar a los ganadores, el arquitecto Fernando Cordero Cueva, comentó que aplicando rígidamente la ley, “a dedo”, pudo hacer una contratación directa y escoger al profesional que realice el estudio, sin embargo, “aquí estamos para cambiar las cosas y romper esquemas”.
Esta modalidad – concurso- es vieja, que ha estado en desuso y quizá la podamos afianzar y hacer como parte completa en la Ley de Contratación Pública. El espacio público es un espacio de todos y hay que garantizar calidad y la única posibilidad de descubrir que la calidad no está en unos pocos sino que puede estar en todos y cada uno de nosotros es dejar que los valores, las capacidades y talentos humanos se expresen como en el presente caso, puntualizó.
No puede ser el precio de un concurso de precios o uno de consultoría el que defina la calidad; son estas expresiones de la materialidad de ideas, las que hacen que se descubran nuevas capacidades, por tanto, me siento orgulloso que sea gente joven valiosa que nos muestra que Ecuador tiene una juventud que es parte del presente pero que nos tiene garantizado el futuro, resaltó.
Sostuvo que la Asamblea aspira iniciar, a la brevedad posible, la materialización de la expresión arquitectónica y técnica de la obra, no para los asambleístas o la Asamblea, sino para sentirnos orgullosos de ser ecuatorianos, que Quito tenga un hermoso espacio público como un espacio de cercanía y de democracia, para cuyo efecto se requiere que la ciudadanía del sector se apropie del mismo.
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