En el Aula Magna de la Facultad de Economía de la Universidad de Cuenca, con participación de los sectores involucrados y ciudadanía en general, el presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero Cueva, disertó sobre la gestión para el desarrollo parroquial. Si bien estamos en un proceso de transición, hay que tomar muy en cuenta la planificación para el desarrollo parroquial y los acuerdos entre los actores que es fundamental para alcanzar el progreso equitativo y solidario en el sector, pues las juntas parroquiales son la semilla de la nueva institucionalidad del país, enfatizó.
El tema concitó el interés de más de 200 personas que participaron activamente del debate planteado por el Titular de la Función Legislativa quien clarificó lo que significa la planificación, la gestión descentralizada y autónoma, así como la importancia de mancomunarse como alternativa para hacer las cosas y beneficiar a los ciudadanos. En este encuentro también estuvo presente el presidente de la Comisión de Gobiernos Autónomos, Virgilio Hernández.
En el diálogo abierto, Cordero explicó que en la Constitución claramente se determinan las competencias exclusivas de los gobiernos autónomos descentralizados, que deberán gestionar, coordinar y administrar los servicios públicos que le sean delegados o descentralizados por otros niveles de gobierno; así como promover la organización de los ciudadanos de las comunas, recintos y demás asentamientos rurales, con el carácter de organizaciones territoriales de base; pero sobre todo les corresponde a los habitantes vigilar la ejecución de obras y la calidad de los servicios públicos.
“Que pena que haya alcaldes que todavía no se sintonicen con lo que determina la Constitución y creen que es un error establecer competencias para las juntas parroquiales”, dijo al señalar que todos debemos sintonizarnos con los avances significativos e importantes que se ha dado en esta materia.
Indicó que el artículo 4 del Código de Organización Territorial establece los fines y objetivos de los gobiernos descentralizados como el desarrollo equitativo y solidario mediante el fortalecimiento del proceso de autonomías y descentralización; la garantía sin discriminación alguna y en los términos previstos en la Constitución, de la plena vigencia y el efectivo goce de los derechos individuales y colectivos constitucionales y de aquellos contemplados en los instrumentos internacionales; el fortalecimiento de la unidad nacional en la diversidad; la recuperación y conservación de la naturaleza y el mantenimiento de un ambiente sostenible y sustentable.
Es necesario el desarrollo planificado para transformar la realidad y el impulso de la economía popular y solidaria con el propósito de erradicar la pobreza, distribuir equitativamente los recursos y la riqueza, y alcanzar el buen vivir; como también, la generación de condiciones que aseguren los derechos y principios reconocidos en la Constitución a través de la creación y funcionamiento de sistemas de protección integral de sus habitantes.
Precisó que si bien en la Constitución y en las leyes está plasmado el camino a seguir para promover el desarrollo sustentable de su circunscripción territorial parroquial para garantizar el buen vivir y enfrentar la gestión del desarrollo parroquial, hay que precisar las necesidades de cada sector sobre la base del diálogo y acuerdos inteligentes.
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