¿Líneas rojas para el Diálogo Nacional?

Martes, 25 de julio del 2017 - 19:14 Imprimir

Hace algunos días la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) presentó el Plan Nacional para el Buen Vivir 2017-2021, este plan podría sintetizarse diciendo que durante los próximos cuatro años se buscará reducir significativamente la pobreza, cerrar las brechas de inequidad y crecer sustentablemente orientando el aparato productivo hacia los sectores con alta intensidad tecnológica.

Según el artículo 280 de la Constitución Ecuatoriana, este documento “es el instrumento al que se sujetarán las políticas, programas y proyectos públicos; la programación y ejecución del presupuesto del Estado; y la inversión y la asignación de los recursos públicos; y.... Su observancia será́ de carácter obligatorio para el sector público e indicativo para los demás sectores.”

Por su parte, en la página 68 del nuevo Plan, al mencionar la normativa promulgada durante los diez años de Revolución Ciudadana, se reconoce que “la Constitución de la República, el Código Orgánico Monetario y Financiero y el resto de cuerpos legales emitidos durante este periodo identifican a la redistribución y a la reducción de la desigualdad como el fin principal del sistema económico sustentable” y los tres ejes con los nueve objetivos de desarrollo propuestos en el instrumento de planificación, son absolutamente congruentes con el marco jurídico mencionado.

A lo largo de todo el documento se considera al ser humano por sobre el capital, lo que se expresa de manera transparente en el primer eje estratégico, Derechos para todos durante toda la vida, donde se garantizan los derechos de los ciudadanos para lo que se asignaría más del 50% de  inversión pública programada para el periodo.

En el segundo eje, Economía al servicio de la sociedad, se plasma una visión de la economía absolutamente alejada de los sueños de restauración neoliberal y se establecen como objetivos: el impulso del aparato productivo con especial énfasis en lo social y solidario, el fomento de la competitividad y la productividad sobre la base de la redistribución primaria y secundaria del ingreso, y la potenciación del aparato productivo rural en el marco de la eliminación de las estructuras monopólicas u oligopólicas de los mercados.

En el tercer eje, Más sociedad, mejor Estado, se define la necesidad de impulsar la eficiencia/eficacia de la acción estatal, el fortalecimiento de la organización social, y la participación ciudadana para consolidar el proceso de transformación y solidificar la democracia.

En este nuevo Plan se destacan los enormes avances de la última década, pero también se evidencia la tarea pendiente, en los temas de fondo, se expresa la intención de darle continuidad al proceso de transformación inaugurado en 2007. Así, más allá de las formas y de las divergencias internas en Alianza País este Plan resulta congruente con la propuesta electoral del presidente Lenín Moreno, registrada en el Consejo Nacional Electoral, pero su implementación, solo será posible, si los intérpretes (colaboradores) se identifican con la propuesta.

De todas formas, con la aprobación del Plan, el gobierno referencia las líneas rojas para el “Diálogo Nacional”. En este contexto, las distintas bancadas deberán entender que es apenas lógico que los acuerdos giren alrededor de la propuesta de desarrollo que triunfó en las elecciones.

Así, manteniendo el modelo y los principios sería posible ajustar ciertas políticas o algunas metas. Por ejemplo, aceptando el principio de que la educación es un bien público que debe ser gratuito se podría cuestionar que la política propuesta no incluye temas de calidad y que las metas de cobertura son muy poco desafiantes; o, asumiendo el principio de solidaridad ser mucho más exigente con los indicadores de equidad y redistribución. Parecería que nos estamos conformando con un comportamiento inercial de las distintas variables y que las políticas públicas a implementarse no pretenden provocar rupturas en la tendencia.

En definitiva, el éxito o fracaso del gobierno del presidente Lenín Moreno, deberá ser medido en función del logro de los objetivos y metas propuestas en el Plan Nacional del Buen Vivir, nuestra función desde la Asamblea Nacional será la de dar seguimiento y acompañamiento con la aprobación de leyes que faciliten el tránsito hacia un país justo, solidario y del conocimiento.

Augusto Espinosa
Asambleísta Nacional Otros Movimientos

Asambleísta Nacional | Integrante de la Comisión De Soberanía, Integración, Relaciones Internacionales y Seguridad Integral | 

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