Con 84 votos a favor, la Asamblea Nacional emitió esta mañana una resolución, en la que rechaza el golpe parlamentario en contra de Dilma Rousseff. “Lo ocurrido ayer es un golpe a la democracia latinoamericana y constituye un duro revés para el proceso de integración regional”, dijo Gabriela Rivadeneira, presidenta del Parlamento.
Dentro del documento se acogió la propuesta de la asambleísta Gina Godoy, para que se incorpore en el texto, lo referente al machismo y la violencia política que se viven en Brasil. “Son ocho meses desde este ataque, en el que Dilma logra resistir y llegar hasta esta nefasta conclusión. Existen circunstancias sexistas, pues en Brasil hay un parlamento compuesto por legisladores machistas, sexistas”, aseguró.
Para Gabriela Rivadeneira, lo ocurrido en América Latina en la última década permitió registrar grandes avances en las democracias y desarrollo de los pueblos. “Hoy nos vemos fracturados por fuerzas de la derecha, que quieren desestabilizarnos a través de golpes parlamentarios y los legisladores debemos ser garantes de la democracia y defenderla aún con la vida”, aseguró la titular del Parlamento de Ecuador.
Nunca se comprobó ningún delito
Para el asambleísta Diego Vintimilla, en Brasil se confundió el control político con el uso turbio de los instrumentos políticos. “Nunca se le comprobó delito alguno a Dilma y aunque se quiera creer que Brasil, Venezuela y Ecuador tenemos el mismo modelo, eso no es así, porque nuestro modelo no ha sido imponer recetas neoliberales por fuera. Somos víctimas de una conspiración a la democracia. El pueblo movilizado está defendiendo lo que se logró en Brasil”, explicó Vintimilla.
La vicepresidenta de la Asamblea, Rosana Alvarado, dijo que la discusión no niega la posibilidad fiscalizadora de los parlamentos en el mundo, ni las atribuciones que constitucionalmente puedan ser ejercidas por los legislativos. Sin embargo, explicó que a lo que es necesario oponerse es a la destitución de una Presidenta inocente y al grave precedente que se crea en una sociedad, cuando un acto consumado de esa manera se reconoce por el resto del mundo. “Jamás se comprobó una causa justa que desemboque en un juicio político. No puede ser posible que al momento de juzgarle a la Presidenta no se haya hecho mención al delito del que se le acusa, nadie le ha podido acusar de corrupción, lavado de activos, malversación de fondos y crímenes penales, todos estos que sí son indagados en aquellos que son parte de sus fiscales e investigadores. Destituyen a una inocente acusada por los poderes oligárquicos que se acostumbraron a gobernar Brasil”, concluyó.
Asambleísta por la Provincia de Esmeraldas
