¡FORZA DILMA!

Viernes, 02 de septiembre del 2016 - 14:01 Imprimir

Es lamentable que la principal democracia y economía de América del Sur sea un país en el que, aun cuando la mitad de su población es femenina, solo el 10% de las representaciones al Congreso son ocupadas por mujeres, muy por debajo del promedio de los países vecinos y de otras latitudes con exclusiones de género aun más marcadas. Lo sucedido este 31 de agosto en la hermana República de Brasil, demuestra una cultura conservadora en la que las mujeres no son vistas como figuras de autoridad, ni dignas de formar parte activa del quehacer político de la nación, sino que por lo contrario, son los hombres los llamados a reestablecer "la jerarquía de género" por sobre el orden democrático. Que la gran mayoría que apoyó la desintegración democrática que Brasil vive hoy sean hombres que han sido y son acusados de ser corruptos y estafar al pueblo brasileño, no es casualidad. El vicepresidente Temer es el mejor ejemplo y encabeza la lista de este grupo, quien además, dicho sea de paso, inemdiatamente ha dispuesto el cierre del Ministerio de las Mujeres, Igualdad Racial y de los Derechos Humanos de Brasil.

 El problema de la exclusión de la mujer y de persecución a las mujeres fuertes y progresistas, viene desde la dictadura militar brasileña de la década de 1970; la destitución muestra cuan hondo calo ésta. No es casualidad que diputados como Jair Bolsonaro, exmilitar que dedicó su voto contra Dilma al fascista coronel Ustra - quien dirigió la unidad militar donde Dilma fue torturada en aquella época oscura-  haya sido una de las caras visibles de la venganza del machismo retrógrado que se llevó a cabo en el Congreso y Senado de Brasil.

En este sentido, tampoco es sorpresa para nadie, menos para la compañera Dilma, que el proceso de impeachment haya resultado en que sea apartada de su cargo, no por corrupción o enriquecimiento ilícito, sino por un abierto e inaceptable desprecio a las mujeres. Menos sorpresa fue para sus colaboradores y coidearios, quienes coincidieron con Dilma, cuando públicamente expresó "Hay actitudes conmigo que no tendrían con un presidente hombre", en el marco de las declaraciones vertidas cuando por resolución del Senado fue suspendida por 180 días del cargo de Presidenta de la República Federal de Brasil.

Lo sucedido con Dilma Rousseff, es la cúspide de ese machismo dictatorial que desde hace meses se orquestaba contra la democracia brasileña, pero que buscaba volver a ese pasado oscuro, vertical, marcial y patriarcal. Dilma lo advirtió en una entrevista brindada en abril al New York Times, mencionando que la querían destituir por verla como "frágil" y por menospreciar las capacidades de las mujeres en el poder. De modo que, lo expresado al asumir la presidencia en 2011 "Vengo a abrir puertas para que muchas otras mujeres puedan, en el futuro, ser presidentas [...] para que —en el día de hoy— todas las mujeres brasileñas sientan el orgullo y la alegría de ser mujer", tras ser apartada del primer mandato brasileño, resulta ser una victoria parcial pues Brasil ha demostrado que aun quedan muchas, muchísimas puertas por abrir, ventanas por quebrar y muros por derribar, no solo en la sociedad y la cultura, sino, como se dijo al principio, en las más altas esferas político-institucionales, para incluir a la mujer en la toma de decisiones políticas que afectan a toda la ciudadanía del hermano pueblo brasileño.

 Expreso mi total rechazo a la violencia y discriminación política ejercida contra Dilma Rousseff por razones de género y la conculcación a sus derechos humanos, al impedir su participación y gestión política, todos y todas sabemos que uno de los limitantes más profundos para la participación de las mujeres en el quehacer político, la garantía de sus derechos y la igualdad de género, se encuentra en la persistencia de un imaginario social que sustenta la desigualdad entre hombres y mujeres como un hecho inmutable que impide el empoderamiento femenino. Condeno lo sucedido en Brasil, como mujer feminista para quien hace tan solo un par de décadas, la igualdad de género era no más que una quimera y ahora tengo la dicha y el honor de formar parte de la construcción de una nueva realidad para las mujeres y la inefable alegría de ver que vamos logrando - con el legado de otras grandes, infinitas e inmortales mujeres que no dudaron en ofrendar sus vidas por el empoderamiento femenino y el respeto a sus derechos humanos - una sociedad que le dice no al machismo, no a la discriminación, sí al respeto, sí a la tolerancia, sí a la igualdad.

Un sinnúmero de falsedades y asertos misóginos vertidos durante todo este proceso contra Dilma, han evidenciado el más perverso contenido ideológico de la Derecha Brasilera y Latinoamericana: el machismo y la intolerancia. Sin embargo, reitero ahora a quien considero la eterna Presidenta de Brasil, que hoy más que siempre y en su honor, en cada curul alcanzada por una mujer que cree en la igualdad estará su lucha como parte de nuestra inspiración y como mujeres legisladoras dejaremos en las palabras de la ley el testimonio del incansable espíritu femenino a pesar de todos los óbices y viles tretas de hombres corruptos y machistas que hallan solaz en el perjuicio y destrucción, en todos los ámbitos, de cada mujer que se atreve a luchar por la igualdad.

Han destituido a Dilma, pero sus detractores ignoran que hechos infames como este nos indignan pero asimismo nos inspiran e incitan a levantar nuestras voces, a defender nuestros espacios, y estoy plenamente segura que conmigo y muchas otras mujeres que ahora ejercemos la política se vienen miles  a quienes ni los más abyectos actos misóginos, callarán nunca más.

 Compañeras mujeres y hombres feministas, hagamos que este execrable acto de violencia machista en contra de Dilma Rousseff, nos fortalezca. Sin duda lograremos que este hecho lamentable para la democracia y la igualdad de género en el mundo, se constituya en la causa que nos inspira a no bajar los brazos por la reivindicación de nuestros derechos, halle continuidad en el tiempo y se haga presente en los hechos. Sigamos andando aun con más firmeza por el sendero de difíciles pero grandes victorias logradas por tantas mujeres y sus luchas feministas, las cuales hoy nos cobijan y comprometen a todas y todos a trabajar porque las convicciones que llevaron a esas valerosas mujeres a luchar por el legado de verdaderas glorias del que hoy nos encontramos respaldadas, no sucumban ante las adversidades y sigan siendo ese faro que nos guía en la inquebrantable misión de luchar por una verdadera equidad de género que haga de nuestra América y del mundo un lugar en el que mujeres y hombres seamos pares y convivamos sin diferencias ni discriminación.

 Contigo nuestro compromiso y nuestro respaldo siempre; flamante y querida Dilma!

 

Gina Godoy Andrade
Asambleísta por Guayas Alianza PAIS

Gina Godoy Andrade, Asambleísta por el Guayas. Distrito 1 Feminista, luchadora permanente por la igualdad de género, la niñez y la adolescencia Asambleísta desde 2009. Integrante de la Comisión de Justicia y Estructura del Estado.

Facebook - Gina Godoy Andrade Facebook - Gina Godoy Andrade

E-mail - Gina Godoy Andrade

Av. 6 de Diciembre y Piedrahita · Teléfono: (593)2399 - 1000 | Quito · Ecuador