Durante la Sesión 900, dirigí mis palabras a la Presidenta y a mis colegas asambleístas para abordar un tema crucial: el feminicidio en Ecuador. Destaqué la triste realidad de que una mujer es asesinada cada 27 horas en nuestro país, simplemente por ser mujer. Es una estadística alarmante que requiere una acción inmediata.
Presenté datos impactantes: en 2023, se registraron 546 casos de femicidios y otras formas de muertes violentas contra mujeres. En lo que va del año, ya se han reportado alrededor de 10 casos de femicidios en apenas dos meses. Estas cifras demuestran que las mujeres enfrentamos cada vez más riesgos y que el Estado no nos protege adecuadamente.
Es preocupante que solo el 1% de los casos de feminicidio se resuelvan con una sentencia. El 2% están en investigación pública o instrucción fiscal, mientras que el 3% está en una fase preparatoria de juicio. El 88% restante continúa en la fase procesal, lo que demuestra que la justicia tarda y a menudo no llega.
La impunidad y el encubrimiento de los culpables son parte del problema. Funcionarios públicos protegen a los responsables, obstaculizando la justicia. Recuerdo el caso de María Belén Bernal, cuya muerte evidenció la negligencia del Estado. Es inaceptable que su asesino esté en prisión mientras el culpable goza de impunidad.
Es por eso que insto a mis colegas a actuar con responsabilidad. La inclusión del feminicidio como delito en nuestras leyes es fundamental. Debemos garantizar que los culpables enfrenten penas severas y que las víctimas reciban la justicia que merecen.
Por María Belén Bernal, por su madre Doña Elizabeth Otavalo, y por las miles de mujeres que aún esperan justicia, debemos aprobar estas reformas. No podemos permitir que la impunidad siga reinando. Es hora de actuar y poner fin a esta tragedia que afecta a tantas familias en nuestro país.
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