En la sala de sesiones de la Comisión de Soberanía, Integración, Relaciones Internacionales y Seguridad Integral, se realizó una exposición por parte del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, donde compareció su directora, la doctora Alexandra Alvarado.
En su intervención informó que debido a la ruptura de las placas tectónicas que se produjo en el terremoto del pasado 16 de abril, continuarán las réplicas con menor intensidad hasta que la tierra se acomode por completo.
La doctora Alvarado expresó que en el epicentro del terremoto ya se liberó la mayor cantidad de energía y que por lo tanto, la intensidad de las réplicas serán, de a poco, menores en la Provincia de Manabí. No obstante, en la zona norte de la costa ecuatoriana (Esmeraldas) existe aún acumulación de energía que será liberada en un plazo desconocido que puede ser de hasta 100 años o menos; y, añadió que es imposible predecir dónde y cuándo va a suceder un sismo.
Mencionó que el sismo de 7.8 grados dejo varias huellas psicológicas en los habitantes que lo vivieron de cerca, creando pánico e inseguridad a la hora de las réplicas, “lo más importante es que la población en general esté preparada para afrontar futuras situaciones naturales”, por su parte dice que se deben generar planes preventivos y de contingencia como políticas de prevención de riesgo y mejoras de construcción de edificaciones que sean sismo resistentes.
A la sesión también concurrió el Coronel Iván Jarrín, director del Instituto Espacial Ecuatoriano, quien sugirió generar un sistema integral de alerta temprana ante desastres naturales y difundir una campaña de información a la población. “Sería muy importante que el Ministerio Coordinador de Seguridad pueda encabezar una estructura para evitar que la población se desinforme”. Recomienda estar prevenidos, mantener la calma y obtener información verificada.
Luego de las exposiciones de los comparecientes, la asambleísta Verónica Rodríguez sugirió que la información y estudios generados por estas instituciones puedan ser compartidos con los gobiernos locales, de tal manera que puedan identificar los sectores de mayor riesgo de asentamiento, así como identificar las zonas seguras en casos de evacuaciones y que finalmente lo puedan comunicar, de una manera técnica y clara, a la población. Además, que la información generada sirva de insumo fundamental para una planificación territorial efectiva, sobre todo de aquellas zonas más afectadas en Manabí.
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