El Protocolo de Nagoya es un acuerdo internacional que tiene como objetivo el reparto justo y equitativo de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos. El Instrumento Internacional se adoptó en Japón, en octubre de 2010, el Protoloco tiene un enfoque de sostenibilidad. Además, que se deriva del Convenio sobre la Diversidad Biológica aprobado por las Naciones Unidas en 1993.