¿Qué significa ser joven en pleno siglo XXI?
“Inviertan más en iniciativas de empleo para los jóvenes.
Promuevan un trabajo decente. Las políticas de empleo
para la juventud son fundamentales para recoger
los beneficios de sus inversiones diarias
en educación y formación vocacional”
Ban Ki-moon en la sede de la OIT, junio 2014
El 12 de agosto de cada año se celebra el Día Mundial de la Juventud a raíz de la resolución 54/120 I de las Naciones Unidas de 1999, tres años después de la primera sesión del Foro Mundial de la Juventud.
En el Ecuador las y los jóvenes (entre 18 a 24 años) representan el 13% de la población ecuatoriana, de ellos el 51,1% son hombres y el 48,9% mujeres, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En el mundo, de acuerdo con las Naciones Unidas, las y los jóvenes encaran apremiantes desafíos mundiales, como elevadas tasas de desempleo, unas condiciones de trabajo vulnerables y la marginación en los procesos de toma de decisiones. Pero esto debería ser visto no como limitaciones sino auténticas oportunidades porque ser joven significa tener entusiasmo y sueños, muchos sueños.
Precisamente esa es la labor del estado y los poderes públicos, crear las condiciones para cumplir esos sueños. No es tarea fácil pero el país ha demostrado que es posible porque apuesta a las personas jóvenes. Por ejemplo los programas de becas o de primer empleo ha sido uno de los grandes incentivos e inversiones a favor de la juventud. Los resultados son a mediano plazo, pues el Ecuador espera el retorno de cientos de ecuatorianas y ecuatorianas que han ido a prepararse en las mejores universidades del mundo para venir a construir su patria.
Sin duda esto no es todo ni está todo hecho. El trabajo es arduo. La población joven también está expuesta al consumo de drogas y alcohol, migración económica, situaciones de violencia en las calles y en sus casas, embarazos precoces, matrimonios tempranos. Justamente, las edades para definir quién es adolescente y quién es joven y calificar una situación como precoz o temprana, son apenas una referencia intergeneracional, las y los adolescentes de hoy son los jóvenes de mañana, entonces también debemos poner atención a los riesgos que principalmente las mujeres corren en edades tempranas y que limitan sus oportunidades cuando son jóvenes, tales como el embarazo no planificado o los matrimonios siendo aún adolescentes. Por ese motivo el Gobierno ha puesto en marcha la Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo Adolescente ENIPLA que busca reducir la brecha entre embarazos deseados y observados y la mortalidad materna y reducir el porcentaje de embarazos en adolescentes a nivel nacional. Un ejercicio saludable de la sexualidad y total empoderamiento de los derechos sexuales y reproductivos es la mejor garantía para el desarrollo de las y los jóvenes, para que planifiquen cuándo y con quién formar una familia, reciban la orientación médica adecuada y prevengan el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
El acceso a la educación, la construcción de una cultura de paz y el respeto a la integridad sexual de sus cuerpos hará que nuestros jóvenes cambien la estructura machista de la sociedad dependiente del capital y tengan no solo la esperanza sino la expectativa de que vendrán las oportunidades para cumplir sus sueños. Por lo tanto, ser joven ecuatoriano y ecuatoriana en pleno siglo XXI, el siglo del buen vivir, significa tener oportunidades para cumplir metas y construir patria.
Gina Godoy Andrade, Asambleísta por el Guayas. Distrito 1 Feminista, luchadora permanente por la igualdad de género, la niñez y la adolescencia Asambleísta desde 2009. Integrante de la Comisión de Justicia y Estructura del Estado.
