Se ha recuperado alrededor de medio millón de niños y niñas que trabajaban en los basurales del país.
La asambleísta Marisol Peñafiel, coordinadora del Grupo Parlamentario por los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, subrayó que de las 40 formas de maltrato infantil que existen en el país, se han ido erradicando y se ha recuperado alrededor de medio millón de niños y niñas que trabajan en los basurales y dormían en las calles, a través de la reinserción bajo una política de inclusión.
Resaltó que en la legislación ecuatoriana los niños han sido prioridad; puso como ejemplo leyes que los benefician, tal el caso de la Ley de Educación Intercultural, que fue el principal reto, en donde el 95% de las niñas y niños del país en el período del 2010 al 2013 acceden a la escuela y terminan la primaria; el Código de Organización Territorial, en el cual se plantea a los gobiernos locales la inversión de presupuestos para crear espacios alternativos para la participación de niños, niñas y adolescentes.
Dijo que uno de cada 10 niños adolescentes, entre 5 y 14 años trabaja, cifra que se eleva al 13% en las niñas montubias, el 15% en los afrodescendientes y el 17% en los pueblos indígenas, al precisar que el reto fundamental es reducir estos índices, a través de un trabajo coordinado entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Sostuvo que todavía el índice de desnutrición infantil existe con mayor énfasis en los sectores rurales y campesinos. Las niñas y los niños son utilizados en las tareas del campo y no como la ayuda en el hogar o el trabajo solidario y comunitario, sino como una obligación, y sin embargo de ello algunos cumplen su sueño de estudiar, agregó la legisladora.
Añadió que el embarazo de adolescentes es otra forma de maltrato que sufren las niñas y muchas de ellas producto de violación de los familiares cercanos y otras producto del salvajismo y de la degeneración humana. También se refirió a la Ley de Economía Popular y Solidaria en donde se crearon los pequeños emprendimientos para que los adolescentes tengan un trabajo decente con remuneración que garantice sus derechos.