Se le daba la atribución al Consejo de Aviación Civil para regular el valor de los pasajes aéreos y por otro lado se terminaba con la discrecionalidad que otorga la Ley de Turismo a las empresas aéreas de fijar los precios a sus intereses.
Este proyecto terminaba con el abuso de las líneas aéreas y las agencias de viajes, que imponen pasajes sumamente caros, afectando la economía de un pueblo que ya no aguanta más.
De que diálogo se habla, si la mayoría gobiernista no se conduele del clamor ciudadano.
ASESOR DE PRENSA ASAMBLEÍSTA FANNY URIBE