¿Por qué celebramos la semana mundial de la lactancia materna?

Lunes, 04 de agosto del 2014 - 19:50 Imprimir

La semana mundial de la lactancia materna fue declarada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el año 1992 y es celebrada en más de 196 países. La semana se celebra del 1 al 7 de agosto de cada año, aniversario de la Declaración de Innocenti de1990 sobre la protección, el fomento y el apoyo de la lactancia materna.

La lactancia es un derecho de la madre y del niño; es parte de los derechos fundamentales ya que incluye el derecho a la salud y a la alimentación. También es parte del derecho al trabajo y las facilidades que brinden los empleadores para que las mujeres den de amamantar a sus hijos en los lugares de trabajo o bien tengan flexibilidad de horarios.

La decisión de ser madres tiene que ser libre y voluntaria. Pero eso no termina con el periodo de gestación o el dar a luz. Si no existen las condiciones adecuadas para ser madres nuestro derecho a decidir estará limitado a factores que no solo vulnerarían los derechos de las mujeres sino de sus hijas e hijos, sujetos que requieren de una protección especial y sobre todo de cuidados exclusivos durante su primera infancia.

Entonces, algo tan natural como dar de lactar a nuestros hijos no siempre fue visto como un derecho humano y no ha sido sino hasta los últimos años que el interés en la lactancia materna ha crecido. Según la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura parte del motivo es la controversia tan publicitada de reemplazar la leche de la madre por biberones y la promoción de los sustitutos de la leche materna por parte de compañías multinacionales. Tanto es así, que la acción de amamantar en los últimos años ha sido redescubierto en Europa y en menor proporción en América del Norte. El uso de los biberones continúa en muchos países industrializados  y las consecuencias más serias de este cambio del pecho al biberón se observan entre las familias  condiciones de pobreza de África, Asia y América Latina.

¿Por qué el biberón no puede reemplazar a la leche materna? “Inmediatamente después de dar a luz al bebé, la madre produce calostro por ambos pechos. En pocos días, la leche «llega» y aumenta en cantidad para suplir las necesidades del bebé. La producción de leche de una madre está influenciada sobre todo por las exigencias de su bebé, cuya succión estimula la secreción de la leche. Mientras más succiona el bebé, mayor cantidad de leche producirá la madre. La cantidad con frecuencia aumenta de alrededor de 100 a 200 ml al tercer día del nacimiento a 400-500 ml en el momento en que el bebé tiene diez días de edad.”[1]

En los lugares de escasos recursos, donde habitualmente hay falta de condiciones de sanidad y agua potable, la lactancia materna prácticamente salva la vida de los recién nacidos. La lactancia materna brinda protección contra las enfermedades infecciosas, en especial las infecciones gastrointestinales, incluso se recomienda la lactancia materna prolongada en forma exclusiva durante los seis primeros meses de vida. Justamente por este motivo es parte del derecho a la salud y la alimentación y  se considera un objetivo de la salud pública mundial que está relacionado con la reducción de la mortalidad infantil. [2]

Pero aquí seguimos viendo a la lactancia materna como un derecho exclusivo de las mujeres para dar de lactar y de los niños para recibir alimentación. La mirada debe ser más amplia y pensar en que si bien amantar es una condición propia del sexo femenino que tiene capacidad de reproducir y dar vida incluso luego del parto, esto va de la mano de políticas públicas de salud integral y de la corresponsabilidad en el cuidado de padres y madres. La responsabilidad en la reproducción del hombre si bien no puede ser comparada con esta condición natural de las mujeres si se evidencia por ejemplo en la división de las labores domésticas, la provisión de alimentos y en general en la satisfacción de necesidades básicas de la familia mientras las mujeres dan de amamantar a sus hijos; por lo tanto, la lactancia no debe ser exclusiva de las mujeres y tampoco es suficiente el hecho de hacerlo para justificar el cuidado de las y los hijos. Es una cuestión pública, no solo familiar.

Desde la Asamblea Nacional tenemos un gran reto en el debate del Proyecto de Código Laboral, la meta ideal sería crear el marco normativo para que las mujeres en periodo de lactancia no solo tengan derecho a un horario especial sino que tengan el derecho al espacio adecuado para dar de amantar a sus hijos y también para poder recolectar y almacenar la leche materna. Quizás los hombres e incluso las mujeres que no han dado de lactar no comprenden la dificultad de recolectar leche a cualquier hora del día, aunque no lo crean la conexión entre la madre y el hijo es tan fuerte, que mientras el bebé llora de hambre la madre que está trabajando al otro lado de la ciudad, produce leche.

Celebrar la lactancia materna una semana cada año no es más que una conmemoración o un acto simbólico para celebrar una labor que las mujeres cumplimos cada día a pesar de las limitaciones con las que nos podamos enfrentar, sea por la ausencia del padre, falta ilegal de permisos laborales, el cuidado de otras y otros hijos, la responsabilidad de satisfacer necesidades básicas propias y de los demás miembros del núcleo familiar. Por esta razón, mi profunda admiración y respeto a las madres y su labor que más allá de todo lo dicho, es el más grande acto de amor que podemos presenciar.  

Gina Godoy Andrade
Asambleísta por Guayas Alianza PAIS

Gina Godoy Andrade, Asambleísta por el Guayas. Distrito 1 Feminista, luchadora permanente por la igualdad de género, la niñez y la adolescencia Asambleísta desde 2009. Integrante de la Comisión de Justicia y Estructura del Estado.

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