¿POR QUÉ LA ECONOMÍA DEL CUIDADO DEBE ESTAR PRESENTE EN EL PRESUPUESTO DEL ESTADO?

Miércoles, 29 de octubre del 2014 - 18:06 Imprimir

Cuando se habla de la economía del cuidado, se hace referencia a ciertos trabajos poco recompensados de la sociedad, y que sólo por estar “aceptados” dentro de nuestra rutina cotidiana no han recibido la relevancia que se merecen. Destacan entre estos trabajos: los  domésticos, el cuidado a otras personas del hogar o la comunidad. En el artículo “Economía del cuidado” de la página web UNIANDES, se explica “Estos trabajos son necesarios para ejercer sus demás actividades cotidianas de manera satisfactoria. Lo anterior se refiere a la economía del cuidado, término muy familiar en la región latinoamericana, vinculado con la igualdad de género en las actividades no remuneradas del cuidado…Es decir que  se debe entender al hogar como un lugar de trabajo, aun cuando sin duda todavía lo es, un lugar de cuidado como seguramente siempre lo fue”, se indica en la publicación digital.

Y es que, sin duda, el aspecto más importante de la economía del cuidado es que estas actividades, contribuyen al sostenimiento del sistema económico, pues se basa en la reproducción de la fuerza de trabajo, es decir, la manutención diaria de los trabajadores y futuros trabajadores junto con su educación y capacitación.

Los costos asociados a este tipo de actividades, que vale la pena recalcar requieren de grades y significativos esfuerzos, no son reconocido o retribuidos monetariamente. Sin embargo para Unifem (2000) “son actividades costosas en términos de tiempo y energía  y se realizan por obligaciones contractuales o sociales…” Esto implica una regla básica de la economía: Costo de oportunidad, tiempo y energía.

En Ecuador las mujeres dedican en promedio 31:49 horas semanales al trabajo no remunerado (actividades domésticas y cuidado de personas), frente a las 9:09 que utilizan los hombres, es decir, 22:40 horas semanales más, según la Encuesta Específica de Uso del Tiempo (EUT) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) con el acompañamiento de la Comisión de Transición para la definición de la Institucionalidad Pública que Garantice la Igualdad entre Hombres y Mujeres. A nivel nacional, el tiempo total de trabajo utilizado por las mujeres es en promedio de 77:39 horas a la semana, mientras que los hombres destinan en promedio 59:57 horas a la semana. La mayor diferencia se observa en el área rural, donde las mujeres trabajan en promedio 23:14 horas más que los hombres. De acuerdo a la auto-identificación, las mujeres indígenas dedican al trabajo 86:45 horas semanales en promedio, 24:36 más que los hombres.

Según la encuesta, los hombres dedicaron al Trabajo Remunerado 5:20 horas a la semana más que las mujeres. El tiempo de Trabajo Remunerado promedio de las mujeres es de 46:15 horas a la semana, lo que representa el 59,7% de su tiempo dedicado al trabajo, mientras que los hombres destinan en promedio 51:36 horas a la semana. La mayor diferencia se observa en el área urbana, donde las mujeres trabajan en promedio 6:50 horas menos que los hombres.

En el Trabajo no Remunerado, la principal tarea a la que se le dedica el mayor tiempo son las actividades domésticas a la que las mujeres designan 24:06 horas semanales frente a las 6:00 que le dedican los hombres. (www.ecuadorencifras.gob.ec.)

En la región latinoamericana se perciben como problemáticas: que no existe la remuneración adecuada de estos tipos de trabajos del cuidado y la redistribución de género para estas actividades, lo que conlleva a una poca valoración social y económica a este tipo de actividades. Adicionalmente, este tipo de labores no es valorado correctamente en el mercado, pues no se tiene en cuenta su contribución a la reproducción de la fuerza de trabajo presente y futura, incluyendo la futura formación de capital humano. En un segundo aspecto, se debe contemplar las sobrecargas que llevan las mujeres con respecto a los hombres en este tipo de actividades.

En consideración a estas problemáticas y lo poco representativo y significativo que resulta en la sociedad, la denominada economía del cuidado, nuestro Gobierno, al igual que muchos de la región latinoamericana, está emprendiendo una dinámica que permita visibilizar este trabajo, algo a lo que se ha denominado “cuenta satélite” que  permitiría incluir dentro del presupuesto del 2015 todas y cada una de estas actividades con una valorización económica, que reconozca estas tareas, las visibilice y otorgándoseles un valor monetario representativo, dada la importancia de las mismas, como parte del motor de desarrollo de la economía del país.

Hay quienes no quieren mirar hacia su costado y comprender de manera macro lo que significan esta actividades que probablemente las hicieron sus madres, con ellos; sus hermanas, sus abuelas, sus tías. Pero existen, están, son parte de la estadísticas y merecen ser consideradas y tomadas en cuenta para su reconocimiento y comprensión.

Gina Godoy Andrade
Asambleísta por Guayas Alianza PAIS

Gina Godoy Andrade, Asambleísta por el Guayas. Distrito 1 Feminista, luchadora permanente por la igualdad de género, la niñez y la adolescencia Asambleísta desde 2009. Integrante de la Comisión de Justicia y Estructura del Estado.

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