Tras la toma de juramento y su posesión como primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional, para el período 2015-2017, Rosana Alvarado, subrayó que el pueblo y la historia de la Legislatura espera que las leyes que se aprueben hagan sostenible el modelo de redistribución de la riqueza, que lo que se apruebe, sea para enraizar y profundizar un país más justo y equitativo.
Enfatizó que las leyes no deben menoscabar intereses nacionales, para favorecer intereses particulares. También que este país, esta historia, el pueblo lo ha de juzgar por las leyes, para conseguir una Patria independiente, gloriosa, emancipada, de aquellos que no pueden volver jamás.
La segunda autoridad legislativa resaltó que éste no es un proyecto perfecto, pero persigue grandes desafíos, tiene errores, pero nunca ha tenido y tendrá traiciones, a la vez que ratificó su confianza inmensa en este proyecto político, en el gobierno, sostenido por un pueblo insurrecto y digno.
Dijo que este gobierno tiene, y se hace cargo, de los aciertos, de los errores y de los desafíos. Errores que hacen que no nos reconozcamos perfectos. Aciertos inmensos, que han asentado la propuesta de la justicia social y desafíos tan grandes y tan poderosos como grande y poderosa es la esperanza de un pueblo que lucha, que no se deja someter y que jamás ha agachado la cabeza.
A su parecer recién ahora han aparecido los dizque “libertarios, los “independientes”, los “luchadores contra la dictadura, contra el tirano” y ellos dizque se quieren diferenciar de los alzamanos, de los sumisos, de los obedientes.
Indicó que los legisladores de todos los partidos actuales o reciclados redactaron esta barbaridad: Citó, “hasta que el Estado cuente con instrumentos legales adecuados para enfrentar la crisis financiera y por el plazo no mayor de dos años contados a partir de la vigencia de esta Constitución, el Banco Central del Ecuador podrá otorgar créditos de estabilidad y de solvencia a las instituciones financieras”, Disposición Transitoria 42 Constitución de 1998.
El Estado, mejor dicho el empobrecido pueblo ecuatoriano se hacía cargo de las pillerías de los banqueros. Los más empobrecidos pagando el banquete de los más ricos. La inmoralidad hecha Constitución. Los honorables convertidos en servidumbre del capital tirano, enfatizó.
Afirmó que no fue suficiente inmoralizar la Constitución para deslegitimar el despojo: esos mismos legisladores, en este mismo recinto, redactaron esta “otra ignominia, citó “el Estado ecuatoriano garantiza el pago de la totalidad de los saldos de depósitos y otras captaciones… de personas naturales y jurídicas domiciliadas en el país y en el extranjero, incluyendo las off-shore. Se incluyen además en esta garantía los créditos concedidos por entidades extranjeras para financiar comercio exterior...”.
Asimismo se refirió a la eliminación del impuesto a la renta para sustituirlo por el impuesto del uno por ciento a la circulación de capitales. Albañiles, jornaleros, empleadas de mostrador, comerciantes minoristas, es decir, todo el pueblo ecuatoriano decente y trabajador que debía hacer una transacción financiera recibía el castigo del pago del uno por ciento, mientras los enormes ingresos de los más ricos exentos del pago del impuesto a la renta, aseguró la legisladora. RSA/pv
