En el marco del II Encuentro Latinoamericano Progresista ELAP 2015, “Democracias en Revolución: por la soberanía y la justicia social”, en la Asamblea Nacional del Ecuador se llevó a efecto la mesa redonda sobre “Democracia en América Latina y Proceso de Elección Popular”.
La mesa redonda número 9 contó con la participación de las presidentas de las Asambleas Legislativas de Ecuador y Bolivia, Gabriela Rivadeneira y Gabriela Montaño, respectivamente; los legisladores Blanca Eekhout de Venezuela y Sergio Tejada de Perú.
Sergio Tejada, vocero del Frente Nacional de Perú y diputado independiente, manifestó que la Constitución de su país determina que el Estado no puede intervenir en la economía, solo con rol subsidiario por ley expresa. El papel del Estado y la relación entre el capital y trabajo se ha puesto en cuestión y es el corazón del neoliberalismo en el Perú, afirmó.
Hoy estamos con el pueblo fomentando la unidad de todas las fuerzas progresistas, manifestó, al hacer un llamado a la unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda en el Perú que aseguren el triunfo en las elección de 2016.
La segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional de Venezuela, Blanca Eekhout, advirtió que su país es víctima de las desestabilizaciones. Aseguró que actualmente son 43 mil los Consejos ciudadanos que se han creado después de la aprobación de las leyes que fueron sometidas a consultas ciudadanas.
Dijo que solo hay democracia, si hay grandes cambios en la nación. La democracia y el proceso de elección popular es un tema muy importante en Latinoamérica, porque le puede aportar al mundo una experiencia realmente extraordinaria de cómo construir poder con el pueblo, enfatizó.
Manifestó que “la única forma de disputar la hegemonía imperial es que seamos una patria grande, un bloque de naciones soberanas libres capaces de decidir de manera absolutamente autónoma nuestro destino y ese es el reto”.
“Cada vez que nuestras democracias se plantean verdaderos procesos revolucionarios de inclusión, vienen los ataques internos y externos, que se justifican ante el mundo, cuando llegamos a través de la democracia, las oligarquías utilizan la violencia, el sabotaje y la aniquilación política de las democracias verdaderas”, subrayó.
De su lado, Gabriela Montaño, presidenta de la Asamblea Legislativa de Bolivia, inició su intervención diciendo que “quien toca a Venezuela toca a todos los países de América Latina”. También aseguró que este 17 de septiembre, organizaciones de su país presentaron a la Asamblea Nacional un mandato para que se permita una repostulación a la Presidencia de Evo Morales y vuelva a ser partícipe de los comicios electorales.
“La repostulación se vivirá en paralelo con Ecuador”, manifestó Gabriela Montaño, al resaltar que lo mejor que le puede pasar a Ecuador es la reelección de Rafael Correa.
Finalmente, la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, hizo un repaso a la historia reciente del Ecuador. En ese sentido precisó que a raíz de la Constitución de 2008, el Estado fue rescatado de las elites económicas y políticas. Citó como ejemplo de la recuperación de la soberanía y la dignidad la salida de la base militar estadounidense de Manta.
Mencionó que las transnacionales se llevaban el 80% de los recursos petroleros del Ecuador. En tanto que ONG´S extranjeras buscaban instruir a supuestos líderes indígenas para defender ciertos intereses o crear el caos.
“En 2008 cuando decidimos apoyar una nueva Constitución lo hicimos con un principio básico: que todas las políticas que se implementen tenían que privilegiar al ser humano sobre el capital”, expresó. La titular del Legislativo señaló que este principio tiene que ver con educación y salud, la no privatización de los servicios, así como la implementación de políticas soberanas.
Gabriela Rivadeneira se refirió además al tema de las encmiendas constitucionales. En ese ámbito, expresó que la Asamblea Nacional recogió las expectativas ciudadanas que pedían abrir la puerta a la reelección de dignidades. La presidenta de la Asamblea Nacional también formuló un llamado la unidad de los pueblos latinoamericanos y a fortalecer la institucionalidad que engloba los esfuerzos de los países, como son Unasur y Celac.
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