Sectores de la sociedad civil también acudieron al Pleno de la Asamblea para emitir sus puntos de vista respecto del proyecto de Código Orgánico del Ambiente, cuyo primer debate se inició hoy. La representante del colectivo LOBA, Grace Quelal, y Vladimir Verni, dirigente del colectivo de galleros chagras montubios y defensores de las tradiciones ecuatorianas fueron recibidos en comisión general en el Pleno.
Quelal agradeció a la Asamblea por tomar en cuenta las iniciativas de su organización, las mismas que han sido incluidas en el libro segundo, capítulo sexto del Código. Recoge lo que como plataforma nos planteamos el 30 de octubre del año pasado, cuando presentamos la Ley Orgánica de Bienestar Animal, dijo, tras recordar que en su construcción, difusión, defensa y promoción se involucraron ciudadanos de todas las edades, estratos sociales y diferentes lugares del país, a quienes los une el anhelo de hacer justicia por los seres con quienes compartimos este planeta.
Hoy es propicio para sumar criterios que generen cambios en favor de esos seres que sienten dolor, placer, frío, angustia, miedo. Nos acercamos a la Asamblea no solo a pedir, sino también a comprometernos a dar, buscamos la confluencia de ideas para que la política en favor de los animales avance desde lo privado hacia lo público. Lo único que ganamos es saber que estamos haciendo lo correcto, explicó.
En este marco, insistió que la Asamblea les ha abierto sus puertas y que su anhelo de justicia se ha enriquecido con debates de primer nivel y con el respeto a las diferencias. En consecuencia, argumentó que este Código, en su parte pertinente sobre esta temática, recoge no solo los postulados de la plataforma, sino de toda la sociedad, pues ellos han recorrido varias partes del país para socializar el proyecto y escuchar las diferentes iniciativas, mismas que se recogieron de manera directa y on line. A través de esta última metodología recogimos 100 mil firmas, sostuvo.
Por su parte, Verni pidió a los parlamentarios defender las tradiciones de los ecuatorianos como los toros de pueblo, los rodeos, las peleas de gallos, entre otras costumbres, que no atentan contra la vida de los animales, conservan prácticas ancestrales y que además contribuyen al aparato productivo del país. Explicó que, por ejemplo, una gallera concede trabajo a 10 personas, mientras que un rodeo a 25, es decir, son fuente de sustento de muchas familias ecuatorianas. Estamos en contra del maltrato animal, concluyó.
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