Sobre la base del informe preparado por la Comisión de Relaciones Internacionales, el Pleno de la Asamblea Nacional, aprobó por unanimidad (106 votos) el Acuerdo Marco de Cooperación Bilateral en asuntos migratorios entre los gobiernos de Ecuador y El Salvador, que garantiza los derechos de los ecuatorianos que toman al Salvador como ruta de paso para llegar a Estados Unidos y que son víctimas de bandas que trafican con las personas.
El Acuerdo pone a los ciudadanos ecuatorianos que lleguen a transitar por El Salvador en condiciones de dignidad, de protección y amparo, estableciendo procedimientos de repatriación expeditos, procedimientos administrativos de protección de derechos y precautela la migración en condiciones peligrosas o riesgosas que ponen en discusión su supervivencia.
El instrumento internacional viabiliza la atención y protección a migrantes, en particular a niños y niñas no acompañados; fortalece los mecanismos para la protección de derechos de los ecuatorianos en el exterior y contribuye a la lucha contra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes.
El Tratado tiene estrecha relación con el Convenio recientemente aprobado con Guatemala.
El ponente Fernando Bustamante, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales, tras argumentar el contenido del instrumento internacional, destacó que este protege a menores y mayores que a diario enfrentan las consecuencias de las políticas migratorias de América del Norte, tratando de velar por sus legítimos sueños de una vida digna y que en vista del régimen de movilidad humana que existe se ven abocados a los riesgos, peligros y a la victimización.
“Que nunca más pase que un ecuatoriano migrante se vea arrojado a las manos del crimen organizado internacional o de otros peligros similares”, enfatizó el legislador y señaló que en este momento el problema de la movilidad humana constituye uno de los problemas agudos, dramáticos e intensos que la humanidad enfrenta, precisó.
Argumentó que se analizan temas de la eliminación de la condición de extranjero, la ciudadanía universal, la no criminalización de las personas que en situación de movilidad humana tienen alguna falla o deficiencia administrativa.
También la movilidad humana como factor de eficiencia y de justicia en la sociedad internacional; la necesidad de poner a la par la movilidad humana con la movilidad de otros factores de la economía internacional, como principios fundamentales que se intentan plasmar en la legislación ecuatoriana y que se encuentran en la Constitución.
Bustamante explicó que con este Acuerdo se está obteniendo una garantía de la República de El Salvador para que los migrantes ecuatorianos que aparezcan en ese territorio sean tratados dignamente. Manifestó que no son muchos los ecuatorianos que migran hacia El Salvador y no se sabe su número exacto, precisamente, por el carácter clandestino de la movilidad que lo hacen como país de tránsito hacia América del Norte y muchísimos de esos ecuatorianos llegan a El Salvador en condiciones riesgosas, a veces deplorables, víctimas de traficantes de personas, vulnerables a caer presas de tratantes sexuales, laborales, narcotraficantes, para ser reclutados para pandillas.
Por tanto, se necesita la colaboración de El Salvador para llegar hacia esas personas, no para receptarlas, criminalizarlas, detenerlas, sino para protegerlas, cuidarlas y para evitar su victimización por parte de elementos inescrupulosos y criminales que pueden aprovecharse de su condición, pero también victimización por parte de los mismos Estados que al tomar contacto con estas poblaciones en condición de movilidad muchas veces por sus prácticas administrativas y sus prejuicios legales las tratan como si fueran un peligro y violan su dignidad y su derecho.
Mientras, Linda Machuca narró que muchos ecuatorianos viajan ilegalmente y optan por utilizar a Centro América como ruta de paso con alto riesgo para su integridad. Resaltó la importancia de la cooperación entre los dos países en lo relativo a la prevención de la migración riesgosa de niños, niñas y adolescentes que atraviesan países centroamericanos para llegar a Estados Unidos.
Ximena Peña, representante de los migrantes por Estados Unidos y Canadá, destacó que el Acuerdo es un instrumento de dignificación y de reconocimiento de derechos para muchas personas sobre todo para aquellos que usan a El Salvador como un país de tránsito. Es una forma de entender la circulación de la persona, precisó. En los mismos términos se pronunció Stalin Subía.
Este Acuerdo fue suscrito con el Ecuador en el año 2009.
RSA
