La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Para la asambleísta nacional Linda Machuca, la recordación de esta fecha permite convocar a la ciudadanía para unir fuerzas y generar un mundo libre de discriminación y violencia de género.
"La delicada situación que viven las mujeres víctimas de trata y tráfico, las mujeres migrantes, las mujeres en la zona de frontera, todas aquellas en situación de movilidad son motivo de preocupación en este día que renovamos el compromiso para eliminar la violencia contra las mujeres en nuestro país, para que nunca seamos testigos indiferentes de las agresiones a las mujeres", señaló, al tiempo que resaltó la necesidad de continuar avanzando en legislación que sea sensible a la realidad de las mujeres, pero que también con su aplicación contribuyan a cambiar nuestra sociedad.
Las raíces de la violencia contra la mujer yacen en la constante discriminación contra las mujeres, razón por la que, según ONU Mujeres, en todo el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental, situaciones que, a lo largo de la historia, han sido naturalizadas dando lugar a una evidente violación a los derechos humanos de las mujeres.
Existen diferentes formas de violencia contra las mujeres en los espacios políticos, sociales, económicos, profesionales y otros, es por eso que un avance importante ha sido promover la participación política de las mujeres en los diferentes lugares de decisión pública, pero la sola presencia de las mujeres en estos espacios no hace la diferencia, es necesario que exista el compromiso con las causas de las mujeres, enfatizó.
La conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se ha constituido en un símbolo para el mundo, tras el brutal asesinato, en 1960, de las tres hermanas Mirabal, Minerva, María Teresa y Patria, activistas políticas de la República Dominicana, violentadas por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo (1930-1961), recordó.
