En la ciudad de Cuenca, provincia del Azuay, se cumplió la socialización del alcance del informe para segundo debate del proyecto de Ley de Cultura, cuyo proceso lidera la Comisión de Educación.
En este encuentro ciudadano participó la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira. Músicos, artistas, gente vinculada al teatro y danza, directivos de los núcleos provinciales de la Casa de la Cultura del Azuay, Morona Santiago y Cañar y del Instituto de Patrimonio Cultural estuvieron presentes.
Gabriela Rivadeneira, titular del Legislativo, habló de potenciar el ámbito de la cultura en cada una de sus manifestaciones y que es una necesidad el cambio de la matriz cultural. Se mostró partidaria de definir una estrecha interconexión del ministerio y los gobiernos autónomos descentralizados para efectivizar la cultura del país.
Raúl Abad, presidente de la Comisión de Educación, dijo que en las jornadas, que arrancaron este lunes en Loja y Manabí, se han dado importantes aportes y respaldo a la mayor parte del texto de la propuesta, tras indicar que esperan poner a consideración de la Asamblea el informe a fines de julio.
Mientras, el legislador Diego Vintimilla aseveró que la normativa hace énfasis en la autonomía y libertad creativa de los artistas y gestores, el tema de la Casa de la Cultura como entidad autónoma que debe rendir cuentas con criterios democráticos para la asignación de recursos, la integración de sus núcleos, los subsistemas de innovación y fomento, la rectoría del ministerio. También está la trascendencia de los GAD para promover las manifestaciones culturales en la localidad, enlazándose con los lineamientos de las políticas nacionales en esta área, sostuvo.
Múltiples inquietudes
El artista Pablo Galindo consideró fundamental democratizar la cultura, pero en igualdad de condiciones y oportunidades para los que tienen basta experticia y los que recién surgen, a fin de acceder a fondos y diversas propuestas.
Iván Petroff Rojas, presidente de la Casa de la Cultura del Azuay, reconoció la apertura de la presidenta Gabriela Rivadeneira para recoger insumos, en aras de garantizar la autonomía plena de la entidad y sus núcleos. Precisó que es clave redefinir la estructura de la casa que se ha vuelto obsoleta y pidió establecer en el proyecto las facultades y competencias específicas de la institución.
Johanna Cruz manifestó que se requiere que se complementen el ministerio y la Casa de la Cultura y que se afiance la norma constitucional respecto a la descentralización de la actividad cultural, al ponderar la exoneración del impuesto al valor agregado para productos, sistemas y servicios culturales.
Ricardo Pomavilla, del Cañar, sugirió consolidar el tejido social de la identidad de los pueblos, comunidades y nacionalidades, respetando y apoyando todas y cada una de sus manifestaciones en el ámbito de la interculturalidad.
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