El presidente de la Comisión de Educación, asambleísta Raúl Abad, dijo que la mayor aspiración del organismo es que la Ley de Cultura sea una realidad el próximo 9 de Agosto, a propósito de la celebración del Día Nacional de la Cultura Ecuatoriana.
Durante la última jornada de socialización del alcance al informe para segundo debate de la normativa, que se cumplió en el Salón de la Libertad “José Mejía Lequerica”, de la Sede Legislativa, Abad expresó que el objetivo es sacar una ley para todos, que involucre a todos los actores culturales, al enfatizar que los aportes recogidos en los diálogos ciudadanos, en territorio, servirán como insumos para enriquecer la propuesta.
Al evento se dieron cita artistas, pintores, escritores, músicos, colectivos ciudadanos, así como el principal de la Casa de la Cultura “Benjamín Carrión”, Raúl Pérez Torres y representantes de los núcleos provinciales, entre otras personalidades.
La asambleísta Ximena Ponce, vicepresidenta de la comisión, sostuvo que si bien este lunes concluye la fase de socialización del alcance al informe, hay la apertura total para seguir receptando nuevos aportes y observaciones de la población sobre la temática.
El objetivo central de la ley, continuó, es que los derechos culturales sean realmente concretados, operados por la institucionalidad, el presupuesto que se requiera, la responsabilidad o corresponsabilidad que tiene la ciudadanía, las instituciones, los sectores público y privado, todos haciendo que la cultura avance como un derecho.
La libertad de creación es también fundamental, al igual que la articulación integral del sistema de formación y de educación dentro de la etapa básica y del desarrollo infantil con prácticas y saberes artísticos, que puede alimentar al ser humano durante su formación, lo que permitirá descubrir talentos desde edades tempranas en disciplinas artísticas, destacó, al precisar que el registro de gestores es voluntario.
De su lado, Raúl Vallejo, ministro de Cultura, comentó que la ley define que todo el sistema de cultura está pensado para ser organizado en función de la libertad que deben ejercer los actores para el cumplimiento de los derechos culturales, de la creación artística, del intercambio de propuestas estéticas, de trabajos de cualquier naturaleza en el ámbito artístico y cultural, basado en el principio de la libertad de creación, en el emprendimiento y en la gestión.
Es trascendental, en el marco del régimen laboral, que los obreros del arte y la cultura se incorporen a la seguridad social, agregó, al proponer la creación de estímulos para la industria editorial, a fin de que en las librerías se facilite la exhibición de obras de diferentes autores, para evitar prácticas monopólicas.
Además, consideró que es pertinente corregir inequidades en la distribución de presupuestos y recursos para la matriz y los núcleos de la Casa de la Cultura, para fomentar un desarrollo cultural sostenible a nivel nacional.
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