“Hay que codificar todas las normas dispersas y consolidarlas en un solo cuerpo normativo, que permita mejorar la capacidad de producción en el mundo rural ecuatoriano y sobre todo mejorar la calidad de vida de los campesinos y comunidades”, expresó el asambleísta Miguel Carvajal, presidente de la Comisión de Soberanía Alimentaria.
Dijo que está pendiente una serie de trabajos en el tema rural y que ello no solo es un problema de competencia, porque se trata de encontrar una mejor asignación de recursos para que las juntas parroquiales puedan mejorar su capacidad de gestión.
"No se trata de restar recursos, ni al gobierno provincial, ni a los municipios, pero hay que hacer un esfuerzo y un trabajo con el Gobierno Nacional para buscar la salida que mejore la capacidad de gestión de los gobiernos parroquiales", explicó legislador, al recalcar que el tema tiene que ver con una reforma y una acción conjunta con otras instancias del Estado, sobre todo, con el Ejecutivo.
Manifestó que una de las reformas sería al Código Orgánico de Organización Territorial (Cootad) para mejorar la capacidad de ejecución de gestión de las juntas parroquiales rurales, que están en contacto con la población rural.
En otro orden, el legislador señaló que en este ámbito la Comisión trabajó en importantes leyes relacionadas con la producción agropecuaria, como las leyes de Tierras, de Recursos Hídricos y reformatoria a la Ley Constitutiva del INIAP y derogatoria de la Ley Especial del Sector Cafetalero.
Añadió que en la agenda de trabajo del organismo están los proyectos de Ley de Semillas y de Sanidad Agropecuaria. La de Tierras, garantiza los terrenos comunitarios y permite que las familias, miembros de las comunidades, puedan acceder a créditos para vivienda y producción.
Informó que en el proyecto de Ley de Semillas se incorporan todas las observaciones recogidas en la consulta prelegislativa, que sobre el tema se realizó en las diversas provincias del país. Además, se recogieron criterios de académicos, cientistas nacionales e internacionales, quienes ayudaron a enriquecer el texto.
Carvajal aspira que hasta la finalización del actual período legislativo se pueda retomar el segundo debate de este proyecto que protege las semillas ancestrales, conocimientos de los pueblos, al igual que productos nativos, como maíz, quinua y melloco.
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