Así lo aseguró el titular de la Comisión de Soberanía Alimentaria, Ricardo Zambrano Arteaga, al fundamentar el informe que sugiere el allanamiento al veto parcial al proyecto de Ley de Agrobiodiversidad, Semillas y Fomento de la Agricultura Sustentable.
Durante la sesión 457 del Pleno, Ricardo Zambrano resaltó que la mesa legislativa revisó las normas legales y constitucionales con respecto a la objeción parcial del Ejecutivo y que el ingreso al territorio nacional de semillas y cultivos transgénicos, únicamente con fines de investigación científica, no va en contra del espíritu de la Constitución de Montecristi, que declara al Ecuador libre de cultivos y semillas transgénicas,
El artículo 281, numeral 8, de la Constitución, asegura el desarrollo de la investigación científica e innovación tecnológica apropiadas, para garantizar la soberanía alimentaria, mientras que el 401 determina que, de forma excepcional, se podrán introducir semillas y cultivos genéticamente modificados.
“El Estado, bajo estrictas normas de bioseguridad, permitirá el desarrollo de biotecnología moderna y sus productos, así como su experimentación, uso y comercialización”, afirmó Zambrano. Manifestó, además, que el artículo 57 del proyecto establece una tipificación de medidas en el caso de ingreso ilegal de semillas transgénicas al país.
El veto parcial del Ejecutivo contempla que “en el caso de ingreso o uso ilegal de semillas y cultivos transgénicos, debidamente comprobado por la Autoridad Agraria Nacional, se procederá con su decomiso, destrucción e incineración, así como la cancelación definitiva del registro respectivo, según el caso”.
Dijo, que constituye uno de los fundamentos por los cuales la Comisión de Soberanía Alimentaria se allana a la objeción, a lo cual se complementa la incorporación en el Reglamento, de un protocolo de ingreso de transgénicos con fines de investigación.
“El país no debe tenerle miedo al conocimiento”, resaltó. “Jamás traicionaremos a la patria, anteponiendo los intereses de la minoría por sobre las grandes mayorías. En la acción legislativa de la comisión prevalecerá el ser humano sobre el capital”, acotó.
Explicó que es importante que el Ecuador genere una independencia en los ámbitos de la tecnología e investigación, frente a otras naciones. Los estudios de semillas transgénicas deben responder a la realidad ecuatoriana y estarán orientados a fortalecer la producción y productividad ecuatoriana con tecnologías aplicables a este sector, aseveró.
Citó algunos casos de investigación de transgénicos en salud. Dijo que este tipo de estudios permiten a la comunidad científica, desarrollar antibióticos para combatir enfermedades. “La insulina y penicilina contienen sustancias transgénicas cultivadas en laboratorios”. Por ejemplo, la insulina, una de las moléculas más estudiadas de la historia de la medicina, es una proteína que permite combatir la diabetes, que afecta a un amplio porcentaje de la población mundial. “En la agroindustria, estas sustancias mejoran los niveles de nutrición”, sostuvo.
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