La presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, encabezó una delegación ecuatoriana de alto nivel, que depositó ofrendas florales en el mausoleo de los líderes sandinistas, en la Plaza de la Revolución de Nicaragua, en el marco de la conmemoración del 35 aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista.
Asimismo, acompañó al pueblo nicaragüense en la Plaza de la Fe, donde, al presentar su saludo al pueblo nicaragüense -a nombre del pueblo ecuatoriano-, de la revolución ciudadana, del presidente Rafael Correa, resaltó el papel de la juventud revolucionaria, quien asume la herencia de la bandera de lucha.
Exaltó que los hijos e hijas del general de los hombres libres, Augusto César Sandino, le rinden homenaje, al subrayar que estos son los 35 años de una lucha que marcó historia, que marcó ese aire y esa esperanza de la liberación real de nuestros pueblos, cuando toda América estaba dormida, pues fueron las antorchas libertarias de los pueblos de Sandino, del Che, de Alfaro, de Martí y de tantos otros que abrieron las puertas para una liberación.
Gabriela Rivadeneira, dirigiéndose al Presidente de Nicaragua, el comandante Daniel Ortega, y Rosario Murillo, la primera dama de la nación y a todos los presidentes de la región, así como a los dirigentes presentes, dijo “que hoy, más que nunca, la juventud latinoamericana dice presente, que hoy, más que nunca, la juventud revolucionaria dice presente y, como jóvenes, asumimos nuestras banderas de lucha y asumimos la herencia histórica que nos corresponde a esta generación para seguir levantando esta bandera”.
Indicó que esas tareas que están pendientes no hay que olvidarlas. No todo está ganado, se han dado pasos importantes, pero hay en todo el continente una restauración conservadora que nos obliga a la juventud y a las nuevas generaciones de nuestras patrias a mantenerlos alertas, en pie de lucha, firmes, en paz, con la solidaridad de nuestros pueblos, para que esa antorcha de libertad que heredamos siga encendida para nuestras hijas e hijos y para las futuras generaciones.
En esta concentración con el pueblo, el primer Mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, recordó el triunfo de los 35 años de Revolución Sandinista y resaltó la figura de Eloy Alfaro, de quien, dijo, es el símbolo de la humanidad infinita.
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