La Comisión de Soberanía, Integración, Relaciones Internacionales y Seguridad Integral, presidida por Fernando Bustamante, avanzó en el estudio del tratado constitutivo del Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre).La ministra Cely recalcó que ese esquema permite potencializar mercados como el venezolano, en el cual Ecuador tiene una ventaja competitiva, considerando que el potencial inmediato de nuestro país en relación a ese mercado es de cerca de 408 millones de dólares, mientras el de Venezuela en comparación a Ecuador es de 155 millones de dólares, con lo cual tendríamos una balanza positiva no petrolera de 260 millones.
Igualmente, agregó, que con Cuba se tiene una oportunidad en cuanto a temas de transferencia tecnológica, bioquímica y farmacéutica, opciones de comercio que también se lograrían con los demás pueblos centroamericanos y del Caribe, tras advertir que la depreciación del euro podría afectar la competitividad de las exportaciones pesqueras, atuneras y camaroneras del Ecuador, situación que el mercado de Venezuela puede suplirlo.
Nataly Celi llamó a la tranquilidad al sector empresarial frente a los tratados de libre comercio firmados por Colombia, Perú y los países centroamericanos, al enfatizar que “los ecuatorianos tenemos la oportunidad histórica de celebrar un acuerdo distinto para el desarrollo, sobre la base de una negociación adecuada sobre aspectos sensibles como las compras públicas y propiedad intelectual”.
Si bien, hay que afianzar el comercio con Europa y las ventajas que han obtenido los vecinos, la mayor preocupación debe centrarse en proteger los intereses de la comunidad, no solo del sector exportador, bananero y lograr un acuerdo que dé cuenta de toda la problemática de la producción nacional, incluyendo a la pequeña y mediana industria, sin dogmatismos, dijo.
De su parte, Pedro Páez aseveró que la propuesta del Sucre no está restringida a los estados que conforman la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) o de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), al aclarar que no se trata de una moneda de uso físico sino una especie de tarjeta de crédito –virtual-, que forma parte sustancial de la nueva arquitectura económica regional.
No se afectará ni debilitará la estabilidad de nuestra moneda, el dólar, sostuvo, al precisar que el sistema ofrece reales posibilidades de mejorar el comercio dentro de los mercados tradicionales y abrir nuevos, con la participación activa de pequeños y medianos productores, concluyó.
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