El rescate del pueblo ecuatoriano y de todos los problemas que estamos viviendo, me temo que solamente se va a dar en un nuevo gobierno, uno que tenga una visión distinta de la gestión que debe desarrollar el Estado a la que ha tenido el presidente Rafael Correa.
No es posible que se nos quiera poner otro impuesto y sobre todo el tema del IVA que es el impuesto más perverso que existe porque es el que afecta de manera regresiva precisamente a las personas que menos tienen. No se le puede exigir al pueblo ecuatoriano más sacrificios sobre todo en circunstancias en donde estamos ya en una severa recesión económica.
Decir que no se afectan con estos impuestos a la mayoría de los ecuatorianos es una falacia.
Las donaciones que llegan a las ONG son las que se reparten eficientemente. Organizaciones como Cruz Roja Ecuatoriana, Cuerpo de Bomberos y otros grupos.
Luego de esta terrible tragedia los ecuatorianos no confían en este gobierno para nada. El pretender que con estos nuevos impuestos nos sintamos tranquilos de que van a ser bien utilizados es una pretensión que no tiene ningún sentido.
Ahora más que nunca necesitamos mucha sensatez, mucha cordura, mucha sabiduría en nuestros dirigentes.
El proyecto de Ley Orgánica para el Equilibrio de las Finanzas Públicas es un nuevo paquetazo tributario al pueblo ecuatoriano porque el gobierno tiene hace rato un gran déficit fiscal, producto de la desaceleración económica que ha sufrido el país en los últimos meses.
Indigna saber que ahora se pretende sacarle más plata a los ecuatorianos para seguir manteniendo el nivel de gastos, la farra gubernamental que no ha disminuido.
El gobierno ahora quiere exprimir más el bolsillo de los ecuatorianos con esta nueva carga de impuestos que se nos quiere imponer. Se les acabó la plata y no tienen cómo costear ese nivel de gasto monstruosamente elevado y totalmente innecesario. La crisis es visible por todos lados y está afectando a todo el mundo.