La independencia de Guayaquil, proclamada el 9 de octubre de 1820, marcó el inicio del proceso emancipador en el actual Ecuador. Un grupo de patriotas, encabezados por José Joaquín de Olmedo, José de Villamil y León de Febres-Cordero, organizó un levantamiento que logró liberar la ciudad del dominio español sin enfrentar mayor resistencia. Con este acto, Guayaquil se constituyó en una provincia libre, convirtiéndose en un bastión clave para la independencia del país. Su ejército apoyó la campaña libertadora de Antonio José de Sucre, que culminó con la victoria en la Batalla de Pichincha (24 de mayo de 1822), consolidando la independencia ecuatoriana. Este hecho histórico resalta el espíritu libertario y la valentía del pueblo guayaquileño, valores que siguen vigentes hasta hoy.
Es por este motivo que, el 9 de octubre de 2024, la Asamblea Nacional del Ecuador realizó una sesión solemne en Guayaquil con el propósito de celebrar la independencia de esta ciudad, una de las más importantes del país.
Durante la sesión, se llevaron a cabo varias intervenciones, además de la entrega de la condecoración Vicente Rocafuerte al mérito educativo a destacadas personalidades de la ciudad. En mi caso, tuve el honor de otorgar esta condecoración al economista Agustín Febres Cordero Rosales y al docente Francisco Lenin Morán Peña.