En estos dos días de Territorio, tuve el honor de participar en varias entrevistas de distintos medios en las ciudades de Latacunga y Salcedo, en las cuales expresé lo siguiente:
«Fueron momentos muy difíciles los que hemos pasado todos los ecuatorianos en estos días, personalmente, los 3 primeros días estuve en Cotopaxi, escuchando a las diferentes organizaciones, recibí varias llamadas de dirigentes indígenas, y todos compartíamos la angustia de no poder encontrar una solución ante la situación, así que decidí ir a vivir por cuenta propia las manifestaciones en Quito. Hubiera sido irresponsable de mi parte quedarme en Latacunga a ver qué pasa. Mi objetivo fue ver cómo puedo ayudar a bajar esa tensión.
Gracias a eso pude llegar a varias conclusiones: El levantamiento del movimiento indígena no fue casualidad, la eliminación del subsidio fue el detonante, y está acumulación estalló cuando se impuso la medida. Los que iniciaron la manifestación fueron los transportistas, las comunidades indígenas hicieron un reelevo. Cuando los indígenas decidieron salir, su objetivo fue manifestarse de manera pacífica, pero al estar en Quito pude ver cómo se infiltraba otra gente, y muchos eran de otro país definitivamente.
Logré hacer contacto con algunos compañeros dirigentes indígenas de Cotopaxi, de Chimborazo. Con Habían ríos de gente. Ingresaban en volquetas, empezaban a bajar encaminados a la Asamblea Nacional.
Me corrían las lágrimas, no pude evitarlo... Ver a las madres en las calles con niños de dos años... Pude constatar también que el movimiento indígena estaba muy bien organizado. Los infiltrados fueron quienes incitaban a la violencia. No podemos criminalizar las movilizaciones pero el vandalismo, si.
Hay que preocuparnos sobre todo sobre el tema humano, debemos silidarizarnos con las familias que perdieron a sus familiares. Se revisará puntualmente, caso por caso, con respecto a los afectados.
Existe un quebrantamiento profundo del tejido social, mucha gente conserva el miedo. Lo material se recupera pero en cuanto a la ruptura social, sólo el paso de los años y una construcción social y educativa podrán reestablecerlo.
La asamblea se pronunció pero no sesionó en la sede ya que ésta fue tomada, las manifestaciones se dirigían de manera permanente a la Asamblea. Si nosotros ingresabamos, corríamos varios riesgos, teníamos que ser cautos. Pero sobre todo, al no sesionar en las instalaciones, evitamos el golpe de estado y mantuvimos la democracia. Sólo la historia podrá juzgar que hicimos y tomamos la mejor decisión.
Hablamos de un intento de golpe de Estado y desestabilización del orden democrático ya que existeron pronunciamientos en los mismos pasillos de la Asamblea Nacional, la Asambleísta Rivadeneira es el ejemplo más claro, y todos los de su línea estaban convencidos de que ésa era la mejor opción, pero esa no era la única opción para nosotros. Reconozco la firmeza de César Litardo, quien sostuvo la estabilidad democrática y no cedió a presiones de ningún grupo político.
Sobre los Asambleístas en la embajada de México, un asilo no se da de la noche a la mañana, se tiene que pasar por un proceso previo, por lo cual se deduce que todo estuvo planificado, se realizarán las respectivas investigaciones al respecto para tomar las medidas necesarias acorde a la ley.
En cuanto a las resoluciones de la Asamblea, se aprobó una resolución de manera unánime para la conformación de una comisión multipartidista, la misma que se encargará de los procesos de fiscalización, efectuará control político sobre las medidas adoptadas durante las jornadas de protesta, los hechos de violencia que constituyan delitos contra la seguridad pública y realice un seguimiento al fiel cumplimiento de las resoluciones adoptadas en el proceso de diálogo.»
Ana Belén Marín
Primer Vocal del CAL 2019-2021 | Asambleísta por la provincia de Cotopaxi | Integrante de la Comisión del Régimen Económico y Tributario y su Regulación y Control | Movimiento Patria Altiva i Soberana Visita mi Perfil
