Frente a una crisis, se debe tomar medidas, pero no solo basta tomarlas, sino que estas deben ser oportunas, coherentes y bien dirigidas, pero sobre todo las medidas deben resolver los problemas de fondo y alcanzar soluciones a largo plazo, que garanticen bienestar económico y buena salud mental a la población, y de lo que hemos escuchado las medidas del gobierno nacional no garantizan soluciones integrales, ya que éstas sólo están enfocadas a unos pocos y para ciertos sectores. Estoy de acuerdo en dar, de manera temporal, un bono a los que menos tienen, pero la solución a largo plazo no es esa, primero que esta medida puede ser utilizada de manera populista y segundo que el bono solo mantiene la pobreza, pero no la supera, la verdadera ayuda está en la generación del pleno empleo. Los ecuatorianos necesitamos herramientas para trabajar y capital para iniciar y aquí entra la solidaridad y responsabilidad de la banca pública y privada, con intereses acorde a la realidad y capacidad de pago.
Mi opiniones siempre serán propositivas, en este sentido la semana anterior propuse al señor Presidente de la República una alternativa para que el Estado tenga liquidez y pueda generar inversión pública, que es uno de los motores indispensables para generar empleo y dinamizar la economía, además, advertía que esta crisis no debe ser asumida por los que menos tienen o por las empresas que están al borde de la quiebra y peor aún por los trabajadores, sino que debe asumirla el Estado y para esto debe activar una serie de alternativas que generen ingresos sin perjudicar al sector laboral y productivo, entre otras, podría iniciar un control riguroso de la evasión y la elusión tributaria, que según la CEPAL el Ecuador deja de recibir anualmente más de 4 mil millones de dólares, es necesario también la renegociación de la deuda externa, de los contratos petroleros y de las telefonías móviles; debe poner en funcionamiento los bienes muebles o inmuebles que son de propiedad del Estado y que están bajo el cuidado y administración de Inmobiliar, es inverosímil que ciertas dependencias públicas ocupen edificios arrendados cuando existen edificios públicos abandonados, inclusive existen bienes repotenciados que están abandonados y en franca destrucción, me refiero a hospitales e instalaciones deportivas.
Me alegra que mi propuesta haya tenido eco, por lo tanto, estoy de acuerdo con la decisión de reducir el 50 % del sueldo de los altos funcionarios del sector público; también, de manera responsable estoy presto a debatir sobre la contribución de los funcionarios públicos y desde ya anticipo mi posición en el sentido que deben contribuir aquellos que superen los 1.000,oo dólares mensuales y en porcentajes que no perjudiquen su plan económico familiar, tomando en cuenta sus créditos, pero sobre todo el crédito hipotecario de vivienda.
Apoyaré las reformas que permitan superar la crisis, siempre y cuando estas evidencien un apoyo de los sectores que pueden hacerlo, pero sobre todo de los que más tienen y pueden contribuir, me opondré si el proyecto perjudica a los trabajadores, a las empresas o pequeños emprendimientos, al sector agrícola o al sector productivo. No apoyaré si los fondos recaudados van destinados al pago de la deuda externa, porque frente a una crisis debe existir prioridades y lo primero es la salud y el bienestar de los ecuatorianos.
Asambleísta por la provincia de Bolívar | Integrante de las Comision Del Derecho a la Salud | Movimiento SUMA Visita mi Perfil
