Señalé que todos debemos condenar la especulación que se genera por la ejecución de la obra pública. La plusvalía, sin embargo, no debe ir al Gobierno Central sino a los GADS provinciales y municipales en forma proporcional. Así mismo advertí que el hiperpresidencialismo concentrador del poder también impulsa una ley de uso del suelo y las Enmiendas Constitucionales orientadas a menoscabar las competencias de los GADS.