Esta puesta en escena de una riña entre quienes ostentan los títulos de personajes nefastos de la política ecuatoriana, nos debe llevar a analizar detenidamente los siguientes puntos:
1. Fernando Villavicencio, un supuesto denunciante comprometido con la ética ciudadana que saca a relucir actos de corrupción del gobierno, para luego poder canjearlos con sabe Dios que beneficios $$$. Y cambiar la mirada de la temática de corrupción hacia quienes hacen oposición a las políticas neoliberales del régimen.
2. Santiago Cuesta, un superministro con megas poderes, que en sus entrevistas sin ningún decoro hace conocer a los ecuatorianos que es él quien maneja a diestra y siniestra las adjudicaciones de contratos millonarios de las empresas públicas consecionadas al sector privado y que se vanagloria del plan de aniquilación de la fuerza política de la Revolución Ciudadana.
3. Los perfiles y los actos de estos dos personajes, claramente responden, no sólo a una persona que en toda la integridad de su ser se encuentra reñida con la moral, responden a quienes obran con alevosía y cálculo matemático en la ejecución de un plan macabro de usurpación de los recursos del Estado para ajustarlos a los intereses de los grupos de poder: banqueros, empresas transnacionales, empresarios corruptos, prensa cómplice y de paso pellizcar las migajas que les dejen ($$$).
Hay un poder mayor, capaz de desterrar, no sólo a estos nefastos personajes, sino también a las fuerzas siniestras que hoy se han apoderado del Gobierno y pretenden acabar con las conquistas en derechos ciudadanos generados durante los 10 años del gobierno del Pueblo, esa fuerza es el #PoderPopular. Vendría bien ponerlo en ejecución pueblo ecuatoriano.
Asambleísta por la provincia de Guayas | Integrante de la Comisión De los Derechos de los Trabajadores y la Seguridad Social | Visita mi Perfil
